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El doctor Goris es de origen dominicano y vive en Estados Unidos: "En 1983 -dice- me gradué de Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (República Dominicana). Volví a mi pueblo a trabajar como médico primario y salí en 1986 hacia los Estados Unidos."
Después de dar los siguientes pasos como profesional médico, hace más de 20 años, el doctor José Goris instaló una práctica de cuidado primario en Nueva York.
"Estamos localizados en el corazón del Alto Manhattan, en Washington Heights, en la 179 y Fort Washington, al lado del George Washington Bridge. Básicamente porque es el área de mi comunidad. Es el área con que nos identificamos nosotros los hispanos. Es un área diversa que crece día a día. Las estadísticas nos dicen que el Bronx es la próxima frontera y decidimos abrir una práctica en Gran Concourse con la 202."
"Ahí estamos cada día, seis días a la semana, tratando de proveer no solo servicios de salud, sino también servicios de bienestar a nuestra comunidad."
El doctor Goris es un médico muy vocacional. Le preguntamos cuál es su motor a la hora de plantear su tarea y responde:
"Quizás la vocación de servir. En mi familia, básicamente, muchas personas eran maestros. El espíritu de mis abuelos de servir a la comunidad y estar siempre presente en los momentos de necesidad nos impulsó a estudiar Medicina."
La labor del médico es "extraordinariamente importante"
"La misión social del médico -añade- es extraordinariamente importante, no sólo en términos de proveer servicios de salud, sino también de educar a los pacientes y a la comunidad en que vivimos."
"Yo pienso -explica- que la parte más importante del servicio que ofrecemos no es escribir una receta y decir 'tómese una pastilla'. Es que el paciente entienda que es parte de un equipo que está trabajando para mantenerlo bien. Es sumamente crucial -y es la parte que tomamos más tiempo- hacer que el paciente entienda que hacemos las cosas para que él esté bien y la comunidad en sentido general, la familia, los vecinos, los amigos, el barrio esté bien."
La mejor forma de cuidarse
"Al final todo se revuelve en tener una vida saludable, en llevar una dieta adecuada y mantenerse haciendo ejercicios espirituales."
Para el doctor Goris, hay una cuestión cultural que afecta a los hispanos. "Yo diría -afirma- que un 50% de los pacientes tienen desajustes en términos de ansiedad, depresión y el sentido de no pertenecer hacia donde uno está viviendo."
Explica por qué esto es así: "Es muy frecuente que nuestra gente trate siempre de pensar emigrar a los sitios de origen, porque mucha gente va, se levanta al trabajo, va a la casa, ve televisión por dos horas y se acuesta. Y esa rutina ocurre repetitivamente siete veces a la semana. Y entonces rompe la estructura social de la que nosotros vinimos."
"Veníamos de una vida más abierta, íbamos a la playa, íbamos a bailar, íbamos a la escuela. Y siempre había tiempo extra para nosotros y para los que nos rodeaban. Es diferente la dinámica y eso impacta mental y socialmente a nuestros pacientes."
De la noche a la mañana, a las puertas de la muerte
Para el doctor Goris, la vida es un regalo por el que da gracias cada día, porque de la noche a la mañana, un día se encontró con la enfermedad y la posibilidad de morir. Él mismo lo cuenta:
"A una edad temprana yo tuve que enfrentar una condición de salud que me llevó a tener un trasplante de hígado y encontré un ángel en mi vida que es Rigo Peralta, que donó la mitad de su hígado. Él está bien y yo estoy bien por los últimos 20 años."
El doctor Goris cuenta qué ocurrió:
"En ese tiempo, mi esposa estaba embarazada. Tengo el trasplante el día de San Patricio, 17 de marzo. Y mi hijo nace el 26 de julio. Es decir, que unos meses después de recibir ese regalo de vida, recibo el otro regalo de vida también. Y vaya, es casi paralelo el haber visto mi hijo crecer, transformarse en un hombre y salir de la casa. Ahora está en la universidad estudiando Psicología en Stanford y es una bendición de Dios."
Hablar de Dios no es nada superficial en su caso: "Yo creo profundamente en Dios. Creo profundamente en el ser humano y creo profundamente en hacer bien, sin tener que ver a quién ni en qué condición, en qué circunstancia."
El hígado compartido con el amigo
"Peralta -confiesa- es mi ángel, un ser extraordinario que a pesar de todas las cosas negativas que se presentaron, decidió donar parte de su hígado. Fue una de las primeras cirugías en que se hacía un hígado compartido. Él es un ser extraordinario que ha dedicado su vida al arte. Está en varios museos de Pennsylvania y está fundando un centro de arte en estos momentos. Y yo tengo algunas de sus obras como ese caballo. Pero también tengo un retrato de su hija que está en la parte principal de mi sala. Es una bendición haberlo conocido."
"Cuando yo pienso en Rigo Peralta, pienso en el espíritu bueno de nuestra gente, de su deseo de hacer bien y de ayudar al otro."
Ser un médico que ha recibido un trasplante le hace tener más experiencia y empatía con personas de su misma condición: "Yo tengo muchos pacientes de trasplantes. El trasplante -dice- es como un regalo de vida. Cuando ya no existe otra solución, viene la posibilidad de conseguir un órgano que te lo van a dar. Una persona que está viva, en muchos casos, pero en otros casos es una persona que no puede estar viva. Y las dos cosas son regalos de vida. Es un regalo que no tiene precio."
Un tesoro llamado familia
El doctor Goris ve en la familia el tesoro más preciado de una persona y de la sociedad.
"La familia es el núcleo primario de donde parte la sociedad y es muy importante mantener una estructura que siga caminando unida y que podamos irradiar bienestar y felicidad a partir de ese grupo básico que nos agrupa a todos los seres humanos."
"Existen muchas cosas difíciles cuando uno tiene una familia, pero el sentido y el compromiso de llevar esa familia hacia un fin feliz es importante, es crucial. Y si nosotros nos enfocamos en la familia, nos vamos a enfocar también en la familia más grande que son los barrios, los pueblos, las ciudades, el país."
Miembro una red de médicos vocacionales
El doctor Goris es miembro de SOMOS Community Care, organización fundada por el doctor Ramón Tallaj. A este médico Aleteia también dedicó un documental premiado con un NY Emmy Award en 2022.
"SOMOS es una organización importante alrededor de Nueva York. No se imaginan que SOMOS comenzó como una bolita chiquita donde ocho médicos de la comunidad, muchos años atrás, decidieron poner las voluntades juntas y separar las diferencias para organizar a los médicos y a los proveedores de salud."
"SOMOS ha sido instrumento para alcanzar a los pediatras, los internistas, los cirujanos y los psiquiatras, para que nuestra comunidad en sentido general tenga una mejor posición en términos de salud."
El doctor Goris conoce a fondo los comienzos de SOMOS y a su fundador. "El doctor Tallaj, Ramón, como yo le llamo, es un ser que no aparece todos los días. Él ha sabido guiar a SOMOS a través de estas aguas borrascosas y esperamos que lo siga haciendo por mucho tiempo."
Todo lo contrario a jubilarse
El doctor Goris podría jubilarse dentro de pocos años, pero su vocación de servicio le lleva a seguir trabajando por los demás.
"Mi sueño es poder seguir hacia adelante y trabajar cada día. Que Dios me dé la fuerza para no parar el tren que sigue con la vida de la gente. Mucha gente habla de que me voy a retirar a los 65. Ya tengo 63 años, ya la gente comienza a hablar de ese momento mágico donde 'yo no voy a hacer nada'. Yo veo la cosa de una manera diferente."
"Yo voy a seguir trabajando hasta que pueda, hasta que yo pueda dar lo mejor de mí. Y después vendrá el tiempo de descansar y quizás de hacer otras cosas. Pero mientras fuerza tenga, seguiré dando lo mejor de mí para que nuestra gente esté bien."
La historia del doctor Goris puede verse en este vídeo: