Esta es una pequeña anécdota de la vida real: una persona preguntó a su párroco «Padre, si el domingo llego tarde a la celebración, ¿me vale la misa?». El sacerdote contestó, en tono de broma: «¡si llegas tarde es porque sí te “valió”! »
Este ejemplo puede servir para detallar el primer mandamiento de la Santa Madre Iglesia, que prescribe: «Oír misa entera los domingos y demás fiestas de precepto y no realizar trabajos serviles».
Estar en misa de principio a fin
Se trata, pues, de estar en la santa misa y participar de principio a fin, pues no hay nada más grande que la Eucaristía, donde se hace presente Jesucristo en cuerpo, alma, sangre y divinidad; hecho magnífico que santifica el día domingo. Nadie llega tarde a una cita importante y menos si va a recibir algún beneficio, lo mismo debe ocurrir con la santa Misa. El Señor, el Dueño de todo lo creado, está esperándonos y lo menos que podemos hacer es esmerarnos por llegar temprano y salir después de la bendición.
Fiestas de precepto significa ir a Misa entre semana
En cuanto a las fiestas de precepto o de guardar, se establece ir a Misa en días que caen entre semana, y que, por su importancia, implica la obligatoriedad de acudir. Estas pueden variar, según lo acuerden los obispos de cada Conferencia Episcopal. En México, las fechas de precepto son cuatro:
- 1° de enero: solemnidad de Santa María, Madre de Dios.
- Solemnidad de Corpus Christi (el jueves siguiente a la celebración de la Santísima Trinidad).
- 12 de diciembre: solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe.
- 25 de diciembre: solemnidad de la Natividad de nuestro Señor Jesucristo.
Hay que recordar que la participación en la vida comunitaria tiene plenitud en la celebración eucarística, por ello, de preferencia, es importante que acudamos a la parroquia o a la iglesia a la que pertenecemos.
Trabajar en domingo ¿es faltar al precepto?
Por último, ¿cómo evitar hacer trabajos serviles? Es una realidad que hay muchas personas que laboran en domingo y no pueden cumplir el mandamiento del todo, como la gente del servicio público, militares, médicos, y desde hace algún tiempo, los que trabajan en comercios, restaurantes, hoteles, transporte público, o incluso en el campo. ¿Qué hacer en este caso? Primero, si les es posible, procurar ir a misa el sábado por la tarde, que es ya víspera del domingo. Y segundo, buscar a su párroco para platicar con él su caso, él podrá aconsejar y dispensar del precepto dominical, mientras no se tenga legítima oportunidad de cumplirlo.
Y no olvidar que el centro de este mandamiento es honrar a Dios y buscarlo por amor, pues siempre los beneficiados con los frutos de la santa Misa seremos nosotros.