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JMJ: el parque del perdón, experiencia de la misericordia de Dios

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Agnès Pinard Legry - publicado el 04/08/23
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Situado en el barrio de Belém, en Lisboa, el Parque del Perdón es uno de esos lugares discretos pero tan imprescindibles de la JMJ. Allí se han instalado 150 confesionarios, hechos por presos, para permitir a los jóvenes peregrinos experimentar uno de los tesoros más hermosos de la Iglesia: el sacramento de la reconciliación.

Ubicado en el jardín Vasco-de-Gama, cerca del monasterio de los Jerónimos y de la torre de Belém, el Parque del Perdón forma parte de la vasta “Ciudad de la Alegría” creada para las Jornadas Mundiales de la Juventud ( JMJ ). Contiguo a la sala de vocaciones, incluye 150 confesionarios hechos por presos e instalados allí para permitir a los jóvenes peregrinos que lo deseen, recibir el sacramento de la reconciliación. Verdadera experiencia del amor y de la misericordia de Dios, el sacramento de la reconciliación es uno de los tesoros de la Iglesia.

Durante el período de apertura del Parque del Perdón, sacerdotes de diferentes nacionalidades, repartidos entre los confesionarios, están disponibles para recibir a los peregrinos que deseen confesarse. Las confesiones son posibles en los cinco idiomas oficiales de la JMJ de Lisboa: portugués, inglés, español, francés e italiano. “Queremos que una vez perdonados, se sientan llamados a salir a toda prisa, como María, al encuentro de los demás”, detallan los organizadores.

Peregrinos confiesan en un confesionario abierto en Belem, Lisboa, durante la Jornada Mundial de la Juventud

Entre todas las virtudes del sacramento de la confesión, hay una que nos hace sentir la especificidad de la religión católica. Esta virtud consiste en enseñarnos a hablar a Dios como a una persona. En el sacramento del perdón aprehendemos a Dios como un "tú" al que se dirige nuestro "yo". El Altísimo se convierte así en nuestro interlocutor. La fe cristiana, en efecto, confiesa un Dios personal, un Dios que habla al hombre y que se deja interpelar por él.

Descubre el pensamiento de San Francisco de Sales sobre la confesión:

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