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Estar soltero, a pesar de no ser un defecto o fracaso, puede producir un sentimiento de presión en la persona. Brasia, una joven soltera con la que Aleteia conversó, lo definió como una sensación de que "todavía estás en el juego" en la que existe una tensión por comprobar que su persona sigue siendo atractiva para los hombres.
"Vas caminando por la calle y haces contacto visual con un hombre. Puede ser una sonrisa suya, o que mire detrás de mí. Y entonces me siento aliviada y pienso que no es tan malo. Sigo en el juego. Pero me agota".
Esa presión puede ser destructiva porque conduce a la persona a poner a prueba su valía en el "mercado de solteros". Si te pasa lo mismo que a ella, es posible que estés construyendo tu autoestima a partir de los juicios vacilantes de los demás.
Raíces de presión: ¿te pasa algo?
Una de las razones de esta actitud puede ser el miedo a que, como estás solo, probablemente te pase algo. O peor aún, que ni tú mismo sepas lo que te pasa. Al fin y al cabo, eres guapa/guapo, responsable, amable e inteligente y, sin embargo, las relaciones no acaban de funcionar.
Los hombres te tratan como a una colega o, simplemente, terminas con hombres que no valen la pena. Cuando fracasas una y otra vez y no sabes por qué, es fácil empezar a buscar al culpable en ti misma (esto es un vestigio de la infancia, cuando, por ejemplo, te sentías culpable por las peleas de tus padres).
Cuando te culpas por tu soledad, es probable que hayas elegido uno de estos dos caminos:
- Te rindes y finges que no te importa la relación
- Te aferras a todas las formas que supuestamente te ayudarán a atrapar a un chico, actúas caóticamente, juegas, finges, estás en tensión constante y te sientes frustrada.
Vayas por donde vayas, sigues buscando señales de interés por parte de los hombres, porque te dan esperanzas de que aún no está todo perdido. Cuando alguien mira detrás de ti o te sonríe por la calle, te sientes bien durante un rato... luego vuelve la sensación de impotencia y tristeza.
Debe de ser muy difícil. Sin embargo, hay una alternativa: la autenticidad y el conocimiento.
Sé tú mismo y aprende sobre las relaciones
Puede sonar extraño escuchar el consejo "sé tú mismo". Sobre todo porque, probablemente, a menudo escuches que tienes que ser capaz de venderte, de jugar bien el juego. Pero eso no funciona en las relaciones.
Lo que une a la gente es la autenticidad, no la actuación.
La autenticidad se basa en ser consciente de tus necesidades, sueños, objetivos y límites. Te da libertad y facilidad. Al ser auténtico, no te tensas tanto en las citas. No tienes que pensar qué decir o cómo comportarte. En su lugar, te acompañan la curiosidad y la apertura hacia el hombre que conoces. Y éste es el comienzo perfecto para que ocurra algo más.
Además de autenticidad, también necesitas conocimientos. Necesitas saber:
- Cómo establecer límites sanos
- Si sientes debilidad por un determinado tipo de hombre y cuáles son las causas
- Cómo reconocer si un hombre es adecuado para una relación
Puedes estar siempre en el juego o dejarte llevar: desarrollar competencia y ser tú misma. Y no hay nada más atractivo que una mujer auténtica que sabe poner límites y entabla relaciones sin miedo.