Pasan los años, pasan las modas, pero esto no cambia: María sigue siendo el nombre más popular que los padres eligen para sus hijas recién nacidas, ¡y cuántos niños y niñas llevan «María» en la composición de su nombre!
María es un nombre de origen hebreo que tiene diferentes significados:
- En Hebreo "la elegida por Dios" (Lc, 1, 26-38),
- En el idioma popular significa: "La Iluminadora" (S. Jeronimo M 1.23.780).
- En el idioma arameo significa: "Señora" o "Princesa".
- El significado científico de María en el idioma hebreo es: "Hermosa".
- "Ya" o "Yam", significaba: El Dios verdadero, Yahvé. (sílabas del nombre)
- En el idioma egipcio, que fue donde se utilizó primero este nombre, significa: "La preferida de Yahvé Dios"(Exodo 15, 20).
Proviene de la palabra hebrea מִרְיָם, que hace referencia al nombre de Miriam (cuyo significado es excelsa), en su forma antigua aramea vincula al nombre con los vocablos hebreos mir, relacionado con la luz y yam; mar.
Luz sobre el mar; de ahí el apelativo latino, recogido por las letanías: «Estrella del Mar». También existe otra etimología, derivada del arameo, pero de una traducción asumida por los Padres de la Iglesia: “Señora”. Se dice que el nombre de María tiene varios orígenes, pero el más aceptado es su origen bíblico.
El nombre y la misión
El significado del nombre de María nos recuerda el misterio del nuestro; en la Historia de la Salvación, es Dios quien impone o cambia el nombre de los personajes a quienes destina a una misión importante.
A Simón, Jesús le dice: "Tú te llamas Simón. En adelante te llamarás Kefá, Pedro, piedra, roca, porque sobre esta roca edificaré mi Iglesia".
María vino al mundo con la misión más alta: ser madre de Dios; sin embargo, no le cambió el nombre. Ella por el contrario, es conocida por todas las generaciones como Reina y Señora, significados ligados a su nombre.
En nuestro caso, Dios mismo nos ha llamado por nuestro nombre y en éste encontramos nuestra misión y llamado. Nos sentimos amados y queridos como personas únicas. Y cuando celebramos a María, también nos celebramos a nosotros mismos, que portamos su nombre con orgullo, pero sobre todo, con amor hacia ella.
María el nombre de nuestra mayor intercesora
La Virgen fue la primera y mejor discípula de Jesús. Siempre unida a su Hijo y a su misión, estuvo presente en los momentos más difíciles de su vida y, particularmente, en el doloroso camino hacia la Cruz. Antes de morir, Jesús nos la entregó como verdadera Madre que cuida de nosotros desde el cielo.
Debemos valorar que nuestros padres hayan sido iluminados por el Espíritu Santo y hayan elegido un nombre tan importante y hermoso para nosotros; un nombre valioso, con mucho significado. Esto nos ayuda a recordar que, en todo momento, la Virgen permanece muy cerca de sus hijos.
Llevar un nombre inspirado en esta gracia del Cielo no solo nos conecta de manera especial a nuestra fe cristiana, sino que al tenerlo estamos recibiendo un regalo que nos dispone interiormente a hacer crecer un valor personal.
Como madre e intercesora, María nos apunta la dirección hacia Dios y nos recuerda su bondad infinita. Llamémosla por su hermoso nombre y pidamos su ayuda para abrir el corazón a los caminos de Dios, pues en palabras de Alfonso María de Ligorio, de esa manera recibiremos gracias especiales:
"Son maravillosas las gracias prometidas por Jesucristo a los devotos del nombre de María, como lo dio a entender a Sta. Brígida hablando con su Madre santísima, revelándole que quien invoque el nombre de María con confianza y propósito de la enmienda, recibirá estas gracias especiales: un perfecto dolor de sus pecados, expiarlos cual conviene, la fortaleza para alcanzar la perfección y al fin la gloria del paraíso"... (5)