El Papa Francisco animó a los farmacéuticos a "escuchar" a los ancianos que acuden a su farmacia, aunque sea "aburrido", al recibir a los empleados de la farmacia vaticana el 18 de septiembre de 2023. La audiencia se celebró en el marco del 150 aniversario de la fundación del organismo sanitario confiado a los religiosos de Saint-Jean-de-Dieu.
Con la esperanza de que el servicio prestado por la farmacia vaticana sea siempre "más eficaz y moderno", el 266º Papa recomendó a los farmacéuticos del pequeño Estado que tengan "un toque extra de caridad" en su servicio. "Tengan mucha paciencia", insistió, refiriéndose a los visitantes "que necesitan medicamentos especiales difíciles de encontrar en otros lugares". La farmacia vaticana es la única del mundo en la que se aceptan todas las recetas extranjeras.
Una misión con los ancianos
Más ampliamente, el Pontífice, de 86 años, rindió homenaje a los farmacéuticos más allá de los muros del Vaticano, que no realizan "un trabajo" sino "una misión". "A ellos acuden […] especialmente los ancianos, que a menudo, en el ritmo frenético de nuestro tiempo, necesitan no solo medicamentos, sino también atención y una sonrisa", añadió.
"Necesitan un oído, una palabra de consuelo", insistió el Papa, abogando por el "apostolado del oído". "Escucha, escucha… a veces parece aburrido, pero para la persona que habla es una caricia de Dios a través de ti", aseguró.
La farmacia vaticana fue fundada en 1874 por el hermano Eusebio Ludvig Fronmen, miembro de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, durante el pontificado de Pío XI. Cada día acoge a unos dos mil pacientes, tanto vaticanistas como romanos, que encuentran medicamentos y productos parafarmacéuticos a precios más bajos que en Italia. El acceso está abierto a todos, siempre que dispongan de una receta válida.
Sus locales de via della Posta, cerca de Porta Santa Anna, fueron renovados y modernizados en 2020. La farmacia está equipada con un robot de gestión de existencias y escaparates virtuales.
Durante la pandemia de Covid-19, la farmacia vaticana recibió suministros sanitarios de China, en particular de la Cruz Roja china y de la fundación benéfica Hebei Jinde.