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En torno a la mesa se percibe una gran carga de quién eres: cómo te comportas en ella, tus conversaciones, gestos, la manera de armarla o diseñarla, todo habla de uno mismo. La mesa crea comunidad y en su aparente simplicidad genera grandes vínculos de ternura ante el deseo del corazón del hombre.
La mesa es capaz de despertar entusiasmo y de evocar sentimientos que nos arrastran irremediablemente a la realidad pasada o presente y nos conectan con nuestra humanidad.
Hoy en día, estamos cada vez más expuestos a una pérdida de afecto hacia el prójimo. Además, impera el "todo vale" en lo que se refiere a una imagen coherente y una vida bella y ordenada.
Luis Oliveros enseña, a través de su cuenta de Instagram, cómo el verdadero corazón del hombre se forja gracias a los pequeños detalles, poniendo pasión y corazón en cada actitud. Porque un verdadero caballero construye vidas bonitas y su presencia es siempre un regalo para el que se presenta en su camino.
La mesa puede ser el lugar y la gran oportunidad para crecer en virtudes humanas pues, en última instancia, es algo más que un banquete. La comida es un gesto de bondad que se abre a la comunión con el otro y al bien de compartir en compañía. Aprendemos a través de la mesa a poner en su sitio el valor y dignidad de la persona.
El arte de servir
Un buen caballero, como nos trasmite Luis, siempre piensa en los demás antes que en él mismo, pues el caballero que ejerce la hospitalidad no se centra en impresionar sino en querer a las personas. Para esto solo se necesita un oído dispuesto a escuchar y un espíritu generoso. Lo único que importa es tu decisión de hacer sentir al otro respetado, único y especial.
Luis nos demuestra que tiene muy clara la importancia del “arte de servir”, gracias a los dones que se le han dado en la vida. Esto lo hace posible a través de los pequeños detalles, a través de la belleza, el saber estar y el buen gusto. De esta manera, logra acercar al ser humano al gran anhelo de su corazón: sentirse querido.
Cada uno de nosotros tenemos una misión en esta vida y la de Luis es maravillosa: construir vidas bonitas que griten al otro ¡eres un regalo para mí!