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El Papa Francisco no habrá dejado a la sede de Madrid sin cardenal por mucho tiempo: el arzobispo José Cobo Cano, nombrado el 12 de junio de 2023, tomó posesión de su cargo como arzobispo de la capital española el 8 de julio, antes de conocer su cardenalato menos de 24 horas después, al aparecer su nombre en la lista de nuevos cardenales presentada por el Papa Francisco en el Ángelus del 9 de julio. Este joven arzobispo de perfil "bergogliano" encarna la transformación de la Iglesia en España, asumiendo la tarea de testimoniar la presencia de Dios en una sociedad secularizada.
Nacido el 20 de septiembre de 1965 en un pueblo de Andalucía, José Cobo Cano estudió Derecho Civil en Madrid, antes de ingresar en el seminario de la capital de España y especializarse en Ciencias Morales y Sociales, campo en el que impartió clases en el Centro de Estudios Sociales de Cáritas Diocesana de Madrid.
Ordenado sacerdote el 23 de abril de 1994 para la diócesis de Madrid, fue destinado primero a las Hermandades del Trabajo -organización de apoyo a los trabajadores- antes de ser vicario parroquial en 1995, luego párroco en 2000 y finalmente vicario episcopal para la zona Nordeste en 2015.
El Papa Francisco le nombró Obispo Auxiliar de Madrid el 19 de diciembre de 2017, y fue ordenado el 17 de febrero de 2018. Dentro de la Conferencia Episcopal Española, es miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana, donde se ha implicado especialmente en la pastoral dedicada a los migrantes, un tema muy cercano a su corazón. También participa en la lucha contra los abusos y en el apoyo a las víctimas.
La aparición de un nuevo rostro para la Iglesia en España
Después de trabajar durante cinco años con el cardenal Carlos Osoro Sierra, monseñor Cobo Cano ha sido llamado a sucederle. Con ello, el Papa Francisco ha demostrado una vez más su deseo de que una nueva generación de sacerdotes de más de cincuenta años ocupe cargos permanentes al frente de diócesis importantes, como Malinas-Bruselas y Buenos Aires. Su nombramiento ha sido criticado en España por su falta de experiencia. Todos sus predecesores habían tenido experiencia de gobierno en otras grandes diócesis antes de ser nombrados para Madrid.
Su rápido cardenalato también es una sorpresa, ya que su predecesor, el cardenal Carlos Osoro Sierra, seguirá siendo cardenal elector hasta el 16 de mayo de 2025. Madrid tendrá, por tanto, dos cardenales electores, el actual arzobispo y el cardenal emérito: un hecho insólito en la historia del Colegio Cardenalicio, ya que es costumbre en las diócesis esperar a que el anterior titular cumpla 80 años antes de elevar a su sucesor a la púrpura cardenalicia.
Con solo 58 años, monseñor Cobo Cano encarna una nueva generación de obispos, desvinculada de la dolorosa historia de la Iglesia en España bajo el franquismo. "Creo que el Papa ha querido poner al frente a una nueva generación, con perfil pastoral y experiencia parroquial. Eso es también lo que yo voy a aportar al Colegio Cardenalicio", explica a I.MEDIA.
Reconoce que España atraviesa "un momento complicado políticamente" y se enfrenta a muchos cambios: "las migraciones, las terribles desigualdades, el cambio del papel de la mujer, tanto en la Iglesia como en la sociedad". Pero explica que "la Iglesia debe aprender a escuchar estos signos de los tiempos" y que la asamblea sinodal, de la que será uno de los participantes, debe "ayudar a dar respuestas desde el Evangelio".
Aunque reconoce que "la Iglesia está perdiendo influencia a nivel sociológico", invita a ver este momento histórico como una "oportunidad", recordando que "la Iglesia puede ser minoritaria" sin dejar de ser "significativa para la gente".
"He visitado pueblos en los que solo había cuatro personas en la parroquia, pero la iglesia permanecía abierta y disponible para la gente que quería venir a hablar de sus problemas", afirma monseñor Cobo Cano, que él mismo procede del medio rural. "Si alguien se siente bien en una iglesia, en una comunidad, merece la pena, aunque no haya muchos cristianos", insiste.
La llegada de inmigrantes, una oportunidad para "rejuvenecer" las parroquias
Al igual que en Estados Unidos, donde los antiguos bastiones católicos atraviesan un periodo de decadencia mientras la inmigración latinoamericana revitaliza algunas parroquias, la capital española está cambiando su fisonomía con la llegada de numerosos inmigrantes, muchos de ellos católicos.
"Cuando visito las parroquias madrileñas, veo rostros peruanos, colombianos, venezolanos, incluso chinos… Esto ayuda a que las parroquias rejuvenezcan y se enriquezcan, y a que se viva una forma diferente de ser Iglesia", subraya, al tiempo que reconoce que algunos españoles vieron inicialmente la llegada de migrantes de América Latina como una "invasión". "Gracias a la Iglesia y a la integración que promueve, las cosas han cambiado", afirma.
En su opinión, la Iglesia católica ya no debe ser vista como "una prestadora de servicios", sobre todo a la hora de celebrar los sacramentos, sino que ante todo debe "ofrecer sentido". "Tenemos que explicar que el hombre no se hace a sí mismo, sino que viene de Dios… Tenemos que explicar a los pobres, a los emigrantes, a las familias, que vale la pena vivir. Tenemos que hablar de Dios no como una idea, sino como una experiencia concreta", insiste.
También explica que Madrid sigue marcada por haber acogido la Jornada Mundial de la Juventud en 2011. "Los jóvenes también necesitan espiritualidad, encontrar la presencia de Dios. Tenemos que conectar su propia 'sed' con nuestra experiencia de Dios", dice el joven cardenal.