Un llamado antes de que medie cualquier protocolo alcanzó para acabar especulaciones sobre posibles ruidos en la relación entre el presidente electo de la Argentina Javier Milei y el Papa Francisco. Apenas 48 horas después de la contundente victoria en el balotaje que consolidó al economista alineado con ideas del liberalismo como nuevo presidente argentino, el Sumo Pontífice tomó la iniciativa de llamar al actualmente diputado. Tan imprevisto fue, que la comunicación telefónica ocurrió cuando Milei estaba brindando una entrevista a periodistas.
La conversación, que habría durado 8 minutos, fue confirmada tanto por la Santa Sede como por el equipo de comunicación del propio Milei. Y según reconoció el propio Milei a la señal LN+, el Papa felicitó a Milei por la elección, y lo invitó a tener coraje y sabiduría. Lo primero, le habría dicho el presidente electo, lo tiene, por lo que el Papa lo felicito "enfáticamente", reconoció Milei.
Asimismo, Milei relató que contó a Francisco cómo estaban proyectando trabajar en el Ministerio de Capital Humano, espacio en el que confluirán las áreas de Salud, Educación, Trabajo, y Desarrollo Social, ministerio que será conducido por Sandra Pettovello, una comunicadora licenciada en Ciencias para la Familia. Y, como era esperable, Milei habría invitado a Francisco a visitar el país, visita postergada desde hace más de diez años, que en al menos dos ocasiones estuvo cerca de concretarse. Milei le dijo que lo recibiría con los honores propios de un Jefe de Estado pero sobre todo con los "honores propios del jefe espiritual de los argentinos, porque Argentina es un país católico", según expresó.
El tono de la conversación, dijo Milei, fue "muy cordial, muy cordial". Además, dijo haber escuchado muy bien al Papa, y reconoció que le resultó "un momento impresionante, muy gratificante porque me dijo que iba a estar rezando por mí". En este momento, se mostró conmovido.
Señales que invitan a la ilusión
En la última Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, que tuvo lugar a principio de año, los Obispos argentinos volvieron a expresarle al Papa el deseo de que pueda concretar el ansiado regreso a su tierra natal. Y en las distintas entrevistas que el Papa viene brindando viene confirmando que en esa línea estaría su deseo.
La última vez que un Papa visitó la Argentina, más allá de la particularidad de que Francisco sea argentino, fue en 1987. Francisco, como Pontífice, ya visitó Brasil, Ecuador, Perú, Colombia, Paraguay, Bolivia y Chile. De concretarse el viaje, se espera que probablemente visite también Uruguay.
Señal de concordia
Javier Milei, como informó Aleteia, había tenido años previos a su raid electoral, e incluso pocos meses atrás, comentarios agresivos y críticos para con el Papa Francisco, al que llegó a definir, años atrás, como "representante del maligno en la tierra". No obstante, según expresó en el debate televisivo previo al balotaje, se disculpó públicamente, y desde que se vio con chances serias de llegar a la presidencia, moderó su discurso respecto al Papa. También lo hizo con respecto a la Justicia Social, cuestión central de la Doctrina Social de la Iglesia, que incluso llevó a que distintos referentes de la Iglesia, particularmente de la pastoral de las villas, expresen su rechazo a su candidatura.
Una señal muy fuerte de la distención y el cambio de discurso en su presentación pública se vio durante el cierre de campaña previo a las elecciones generales, cuando un entonces candidato a diputado electo suyo pidió la ruptura de relaciones con la Santa Sede, manifestación que fue rápidamente rechazada por el propio Milei.
Entre los que acompañan al libertario en su gestión, que ocuparán cargos ministeriales, secretarías, y puestos en la cámara de diputados, hay numerosos funcionarios que públicamente profesan la fe católica, y que además se han pronunciado en numerosas ocasiones a favor de legislaciones favorables a la vida y la familia, como el propio Milei ha hecho.
Y algunos incluso plantean públicamente que se espera, en algún momento, abordar parlamentariamente la derogación de la ley del aborto. Lo hizo Alberto Benegas Lynch, el mismo que había propuesto la ruptura de las relaciones con la Santa Sede.
El propio Milei, en su discurso de agradecimiento luego de confirmarse la victoria, se mostró muy conciliador y moderado. Dejando de lado gritos, imágenes dantescas como aquella en que se le vio con una motosierra con la que hacía referencia al recorte estatal que buscaría, se limitó a leer un discurso y hasta cerró pidiendo "Dios bendiga a los argentinos". Desde entonces, mantuvo el tono de moderación en todas las apariciones públicas.
Tábula rasa
Cuando Francisco fue electo presidente, la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner se había mostrado reticente a reconocerlo. Al poco tiempo cambio de postura. Francisco siempre se mostró abierto a recibirla.
Mauricio Macri, siendo Jefe de Gobierno de Buenos Aires con Jorge Bergoglio de Arzobispo, supo tener discusiones públicas con él. No obstante, cuando fue elegido Papa, Francisco lo recibió con su esposa y su hija pequeña con suma cordialidad y afecto. Y más allá de discusiones mediáticas otrora presentadas, siendo presidente Macri tuvo cordiales visitas de Estado al Papa. El Papa siempre se ha mostrado respetuoso y cordial con los presidentes argentinos, independientemente de su color político. Lo mismo con funcionarios de uno y otro.
Tras las elecciones generales, Milei viene promoviendo la noción de "tabula rasa", desde la que invita a no considerar expresiones pasadas. Desde ella, se reconcilió con la ex candidata Patricia Bullrich, sin cuyo apoyo y el del propio Macri, coinciden analistas, Milei no habría alcanzado la presidencia. Evidentemente, propone lo mismo con la figura del Papa.
Lo que parece desprenderse de la declaración pública de Milei tras la conversación, es que no conocía al Papa Francisco. Al escuchar de boca de Francisco que él rezaría por él, se mostró genuinamente conmovido. Aunque abierto a la trascendencia e incluso a la Biblia, a la que suele citar, reconocedor de la huella católica en la Argentina, hasta hace meses mostraba reparos para con el Papa, en ocasiones con mucha agresividad, que hoy parece haber dejado de lado.
Además del mensaje del Papa, la Conferencia Episcopal saludó al nuevo mandatario con una breve misiva en la que los obispos expresaron su valoración positiva de la jornada de votación, lo felicitaron, y le aseguraron la oración a él y las autoridades que lo acompañen. Y numerosos obispos, de manera individual, hicieron llegar el mismo mensaje de oración.
Muchos referentes de movimientos por la vida y de instituciones de la Iglesia, preocupadas por la cosa pública, apoyaron a Milei e integrarán su gobierno. Y seguramente hay muchos católicos que lo han votado, así como muchos otros que no, y quizá hasta estén angustiados. El ruido de la campaña, de uno y otro lado, en no pocas ocasiones apuntó a la membrana de la sensibilidad del católico preocupado por su fe.
Para la serenidad en torno al tiempo que viene, quizá bien valga, además de la Doctrina Social de la Iglesia, tan fustigada en ocasiones como desconocida, o al menos malinterpretada, la relectura del desarrollo del 4to mandamiento en el Catecismo de la Iglesia.
"Deber de los ciudadanos es cooperar con la autoridad civil al bien de la sociedad en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad. El amor y el servicio de la patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad", dice el Catecismo, aunque, desde ya, aclara, "su colaboración leal entraña el derecho, a veces el deber, de ejercer una justa crítica de lo que les parece perjudicial para la dignidad de las personas o el bien de la comunidad".