Aunque en nuestra cultura la música de órgano está indisolublemente ligada a las artes sacras, el órgano más grande del mundo (que es también el instrumento musical más grande del planeta) forma parte del mobiliario de un auditorio absolutamente laico de la ciudad estadounidense de Atlantic City. Para hacer las cosas aún más divertidas, ésta es la sala donde, durante varias décadas, se celebraron las finales de los concursos de Miss América. Estrellas desde los Beatles hasta Lady Gaga dieron conciertos aquí, y Mike Tyson, entre otros, libró aquí sus batallas.
La historia del órgano más grande del mundo (que según el Libro Guinness de los Récords tiene 33 mil 113 tubos, aunque se desconoce el número real) está inextricablemente ligada a la de la citada sala. Para hacerse una idea de la envergadura del instrumento que ha batido el récord (y de todo el edificio), basta mencionar que el órgano en sí ocupa una superficie de 13 mil metros cuadrados; es decir… casi dos campos de fútbol. Al mismo tiempo, pesa más de 150 toneladas.
El instrumento más ruidoso del mundo
Además de ser el instrumento más grande del mundo, también ostenta el título del instrumento más ruidoso (es seis veces más fuerte que el silbato de una locomotora). En el momento de su construcción, costó 347 mil dólares, lo que, al poder adquisitivo actual, equivale a casi seis millones de dólares.
Curiosamente, la escala del instrumento también da lugar a situaciones anecdóticas (y problemas en su mantenimiento). En caso de una fuga o una corriente de aire, por pequeña que sea, el órgano puede, entre otras cosas… empezar a tocar solo.
En 2011 se descubrieron accidentalmente otros tubos (que no figuran en el Libro Guinness de los Récords), que podrían haberse separado del resto del instrumento hace muchos años como consecuencia de los daños sufridos. El órgano también sufrió graves daños en dos ocasiones: en 1944, a consecuencia del Gran Huracán del Atlántico, y en 2001, como resultado de una negligencia criminal durante el mantenimiento del edificio.
Lo más importante, sin embargo, desde el punto de vista de los amantes de la música de órgano, es que desde hace 10 años (¡y tras un paréntesis de 40 años!) el instrumento vuelve a utilizarse con regularidad (entre un 15 y un 20%, de hecho).
De mayo a octubre, de lunes a viernes a mediodía, se celebran conciertos gratuitos de media hora en el edificio Boardwalk Hall, seguidos de una breve "visita al órgano" de media hora. En verano, todos los miércoles a las 10:00 horas se organizan visitas guiadas de dos horas de duración.