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Las "pasiones desordenadas" son como "fieras salvajes" que "hay que domar y combatir", dijo el Papa Francisco en el Ángelus del 18 de febrero de 2024, primer domingo de Cuaresma. Mientras él y la Curia Romana emprenden un tiempo de retiro, invitó a todos a regalarse un momento de "desierto", es decir, a dedicar un espacio al silencio, la oración y la adoración.
Esta tarde, el Pontífice y la Curia Romana inician un tiempo de retiro para realizar los ejercicios espirituales hasta el 23 de febrero. Durante estos seis días, se suspenden todos los compromisos del Papa, incluida la audiencia general del 21 de febrero. El Papa animó a los católicos a encontrar tiempo para reflexionar, recordando que ha dedicado el año 2024 a la oración, antes del Año Jubilar de 2025.
El tiempo de Cuaresma, dijo el Papa ante un auditorio casi lleno en la Plaza de San Pedro, debe permitir seguir el ejemplo de Cristo, que pasó cuarenta días en el desierto, durante los cuales fue tentado por el diablo. El Pontífice recordó que, en el Evangelio de Marcos, Jesús "vivía entre fieras y los ángeles le servían", y propuso una lectura simbólica de esta presencia.
Tomar conciencia y enfrentarse a las fieras
En el "desierto interior" de la Cuaresma, los cristianos deben enfrentarse primero a las fieras, esas "pasiones desordenadas" que pueden ser "seductoras", pero también "desgarrar el corazón" de quien no tiene cuidado y "devorar" su libertad, insistió el Obispo de Roma. Entre ellas están los "vicios", a los que el Papa dedica una catequesis semanal desde hace unas semanas, pero también la "vanidad del placer" y la "avidez de fama".
La Cuaresma es el tiempo en el que los cristianos deben "tomar conciencia" de la presencia en sus corazones de estas "fieras", insistió el Pontífice, para comprender sus "tácticas" y así poder domarlas y combatirlas. Y para ello, declaró, puede contar con el "servicio" de los ángeles, otra presencia con Cristo en el desierto, que se oponen al deseo de las fieras de "poseerlo".
Desde un punto de vista simbólico, estos ángeles pueden ser todas las "buenas inspiraciones divinas" que "unifican en armonía", dijo el Papa Francisco. Estos pensamientos y sentimientos, en contraste con los vicios, "apagan el corazón, infunden el sabor de Cristo, 'el sabor del Cielo'", subrayó.
Cuatro elementos para aprender a discernir:
Por ello, para aprender a discernir entre estos ángeles y bestias -en especial durante Cuaresma- el Papa invitó a dedicar un tiempo al silencio, a la oración, a la adoración y a la escucha de la Palabra de Dios. E imploró la bendición de la Virgen María, que "no se dejó tocar por las tentaciones del maligno".