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El Papa Francisco hizo un llamamiento al "intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania" durante su mensaje de Pascua, pronunciado antes de la bendición Urbi et Orbi - "a la tierra y al mundo"- pronunciada a mediodía del Domingo de Pascua, 31 de marzo de 2024. También hizo un llamamiento a la reconciliación en Tierra Santa, Siria, Líbano, los Balcanes y el Cáucaso, y pidió una acción más enérgica contra la trata de seres humanos y en favor de la protección de la vida.
Tras la Misa de Pascua celebrada en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco, de 87 años, apareció a mediodía para pronunciar la famosa bendición Urbi et Orbi desde la logia central de la basílica. Ante cerca de 60 mil fieles (según la Oficina de Prensa de la Santa Sede), habló durante unos diez minutos sobre sus preocupaciones en relación con diversos conflictos y problemas que afectan al mundo.
Su mensaje comenzó con el destino de Jerusalén, "testigo del misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús", y de las comunidades cristianas en Tierra Santa. Sobre el conflicto en Israel y Palestina, volvió a pedir un "alto el fuego inmediato", la "pronta liberación" de los rehenes del atentado de Hamás del 7 de octubre de 2023 y la garantía de acceso de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, donde más de un millón de personas están amenazadas de inanición según Naciones Unidas.
A continuación, el Pontífice dirigió su atención a Ucrania, pidiendo respeto al derecho internacional e instando a los implicados en el conflicto a "intercambiar todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania". "Todos por todos", exclamó, entre los aplausos espontáneos de la multitud.
Los "vientos de guerra" en Europa y el Mediterráneo
"No permitamos que soplen vientos de guerra cada vez más fuertes en Europa y en el Mediterráneo", insistió el Pontífice, refiriéndose también a la suerte de Siria, sumida desde hace 13 años en una "guerra larga y devastadora". El Papa hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que intervenga.
El jefe de la Iglesia católica se refirió después a la situación del Líbano, "que sufre desde hace tiempo un bloqueo institucional y una profunda crisis económica y social, agravada ahora por las hostilidades en la frontera con Israel". Expresó su deseo de que este país vuelva a ser una "tierra de encuentro, convivencia y pluralismo".
El Papa Francisco también dirigió su atención al Cáucaso, alentando "las conversaciones" entre Armenia y Azerbaiyán, con la ayuda de la comunidad internacional, con vistas a un "acuerdo de paz definitivo". El Papa insistió en ayudar a los desplazados y respetar los lugares de culto.
El jefe de la Iglesia católica también tuvo unas palabras para los "Balcanes occidentales", felicitándose por los "importantes pasos" dados hacia la integración de varios países en la Unión Europea. Instó a que las diferencias étnicas, religiosas y culturales de la región "no sean causa de división", sino de "riqueza para toda Europa y todo el mundo".
Rohingya, Haití y África
También se refirió a la difícil situación del pueblo haitiano, pidiendo el fin de la violencia que desgarra el país. A continuación, pidió a Dios que consuele a los rohingya, pueblo musulmán perseguido en Myanmar, y abogó por la "reconciliación" en este país "desgarrado por años de conflictos internos".
A continuación, el Papa enumeró las regiones de África afectadas por conflictos: el Sahel, Sudán, el Cuerno de África, Kivu en la República Democrática del Congo y la provincia de Cabo Delgado en Mozambique. También destacó la "hambruna" y la escasez que amenazan a muchas partes del continente debido a la "prolongada sequía".
Migrantes, víctimas civiles y víctimas del terrorismo
Desde la logia de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco se refirió a la difícil situación de las víctimas de "tantos conflictos que hay en el mundo", y destacó la suerte de las poblaciones civiles, especialmente los niños, que sufren las "graves repercusiones" de estas guerras. "Cuánto sufrimiento vemos en sus ojos", exclamó, afirmando que la guerra es "siempre un absurdo y siempre una derrota".
El Pontífice tuvo unas palabras para todas las víctimas del hambre y del cambio climático. También habló de las víctimas del terrorismo: "Recemos por los que han perdido la vida e imploremos arrepentimiento y conversión a los autores de tales crímenes".
Refiriéndose a la difícil situación de los emigrantes y las personas con dificultades económicas, hizo un llamamiento a la "solidaridad" para ayudarles en su búsqueda de una vida mejor.
El "precioso don de la vida"
Por último, el Papa denunció que a menudo se "desprecia el precioso don de la vida". "¿Cuántos niños ni siquiera pueden ver la luz?
También se refirió a la situación de los que mueren de hambre, están "privados de cuidados esenciales" o son víctimas del "creciente comercio de seres humanos", pidiendo a las autoridades políticas que actúen contra esta "plaga" para desmantelar sus redes.
El lunes, el Papa recitará el Regina Cæli
Con esta bendición Urbi et Orbi, el Papa completa las celebraciones del Triduo Pascual. A sus 87 años, el Pontífice ha honrado todas las celebraciones de esta "Semana Santa" para los católicos, salvo el Vía Crucis en el Coliseo del viernes por la noche. Para "preservar su salud" en vísperas del fin de semana de Pascua, el Pontífice prefirió declinar este acto en el último momento, como ocurrió el año pasado.
Mañana, lunes de Pascua, está previsto que el Papa se asome a mediodía a la ventana del Palacio Apostólico para pronunciar una breve catequesis y recitar la oración mariana de Regina Cæli.