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No debe sorprender que el Padre Nuestro, la oración que Jesús enseñó a sus discípulos, figure en los principales sacramentos de iniciación, el Bautismo y la Confirmación.
El Catecismo de la Iglesia Católica explica cómo el Padre Nuestro aparece en estos dos sacramentos:
En el Bautismo y la Confirmación, la transmisión (traditio) del Padre Nuestro significa el nuevo nacimiento a la vida divina. Puesto que la oración cristiana es nuestro hablar a Dios con la misma Palabra de Dios, los que "nacen de nuevo… por la Palabra viva y permanente de Dios" aprenden a invocar a su Padre por la única Palabra que siempre escucha. A partir de ahora pueden hacerlo, porque el sello de la unción del Espíritu Santo está puesto de modo indeleble en su corazón, en sus oídos, en sus labios, más aún, en todo su ser filial.
El Rito del Bautismo de un niño incluye el Padre Nuestro en su liturgia, pero esta "entrega" del Padre Nuestro es más prominente en la OICA (Orden de Iniciación Cristiana de Adultos).
Hay toda una liturgia que se celebra a menudo en la OICA, normalmente durante el tiempo de Cuaresma, antes de que un catecúmeno sea bautizado en la Vigilia Pascual.
Catecúmenos
En la liturgia (o a veces durante la Misa dominical), los catecúmenos reciben el Padre Nuestro, que a veces incluye un pergamino real en el que está impresa la oración.
TeamRCIA explica en su página web: "La razón para presentar el Padre Nuestro es también crucial. El Padre Nuestro les llena de una comprensión más profunda del nuevo espíritu de adopción por el que llamarán a Dios su Padre, especialmente en medio de la asamblea eucarística".
La transmisión del Padre Nuestro es una tradición que se remonta a la Iglesia primitiva y muchos escritores cristianos de la época escribieron sobre ella:
Por eso, la mayor parte de los comentarios patrísticos sobre el Padre Nuestro se dirigen a catecúmenos y neófitos. Cuando la Iglesia reza el Padre Nuestro, es siempre el pueblo formado por los "recién nacidos" el que reza y obtiene misericordia.
El sacramento de la Confirmación es un fortalecimiento de las gracias recibidas en el Bautismo y los catecúmenos adultos siempre reciben ambos sacramentos al mismo tiempo en la Vigilia Pascual.
De este modo, el Padre Nuestro se reza de nuevo en la Confirmación, sólo que ahora con un vigor renovado, al haber recibido los dones del Espíritu Santo.
El Padre Nuestro desempeña un papel fundamental en la introducción de un nuevo cristiano en la vida que ahora emprende.