Edith Stein nació en Breslau (Wrocław en polaco, situada al suroeste de Polonia) el 12 de octubre de 1891.
Era la pequeña de once hermanos y su familia celebraba ese día la fiesta del Yom Kippur, la más sagrada del año judío.
El Yom Kippur significa el arrepentimiento sincero del corazón, la expiación, y aquello tendrá para Edith un significado especial en su vida.
"Dejé de rezar"
A los 2 años quedó huérfana de padre. Pese a que su madre era profundamente religiosa, con el paso del tiempo, no todos los hijos siguieron practicando el judaísmo. Edith Stein escribió: "Con plena conciencia y por libre elección dejé de rezar".
Comenzó a estudiar Germanística e Historia en la Universidad de Breslaw, aunque su vocación era la filosofía. Además, se hizo feminista radical. Ella misma recordaba después:
"Mi anhelo por la verdad era ya una oración"
En 1913, va a Gottinga y asiste a las clases de Edmund Husserl. Se convierte en su discípula y asistente, y conseguirá el doctorado con una tesis dirigida por él.
Husserl despuntaba por hacer una crítica a la filosofía kantiana. Proponía un nuevo concepto de verdad, que no se limitaba a la percepción subjetiva tal como afirmaba Kant. Edith Stein escribió mucho después: “Mi anhelo por la verdad era ya una oración".
En la búsqueda fenomenológica de la verdad que proponía Husserl, muchos estudiantes se encontraban en el camino hacia la fe cristiana.
Para Edith Stein también fue el modo de plantearse interrogantes fundamentales. Esto se pronunciaría aún más con el contacto con el filósofo Max Scheler, también en Gottinga.
Enfermera en la guerra
En julio de 1914 estalla la Primera Guerra Mundial y Edith Stein cursa Enfermería y presta servicio en un hospital militar austríaco. Allí se enfrenta a la muerte a diario.
En 1916, el hospital cierra y ella se traslada a Friburgo, donde está su maestro Husserl. Lee la tesis doctoral "Sobre el problema de la empatía" y obtiene summa cum laude.
Un hecho que influye en su conversión
Un día observó un hecho que le impactó enormemente: una aldeana entró en la catedral de Francfort con la cesta de la compra y se quedó en el interior rezando un rato.
El encuentro con la Cruz
En noviembre de 1917, el asistente de Husserl, Adolf Reinach, falleció. Edith Stein viaja a Gottinga para visitar a la viuda. No será una visita para cubrir el expediente.
Allí se produce un momento clave en su proceso de conversión:
"No existe la casualidad"
Con el tiempo, santa Edith Stein reflexionó sobre su propio acercamiento a la fe católica:
En otoño de 1918, Edith Stein deja de ser asistente de Edmund Husserl y trata de trabajar por su cuenta. Lamenta que su maestro no se convierta como ella y escribe años más tarde:
Dos frenos: ser mujer y ser judía
Para su trabajo independiente se encuentra con dos grandes obstáculos: el primero, ser mujer, el segundo, ser judía. Husserl, que la admiraba, vio que no podía hacer más por ella:
Edith Stein regresa a Breslau. Lee el Nuevo Testamento con ojos de judía conversa y se adentra en los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola.
Leyendo la autobiografía de santa Teresa
En verano de 1921 va a casa de una discípula de Husserl, Hedwig Conrad-Martius, que está en Bad Bergzabern, una zona balnearia de Alemania.
El matrimonio se había convertido y en la biblioteca Edith encontró la autobiografía de santa Teresa de Ávila. La leyó durante toda la noche. "Cuando cerré el libro, me dije: esta es la verdad", escribió.
En enero de 1922 se bautizó en Bad Bergzabern. Era el día de la Circuncisión del Señor, fiesta en que Jesús se señala como miembro de la estirpe de Abraham.
En la fiesta de la Candelaria recibió la Confirmación.
Santa Edith Stein regresó a Breslau y contó a su madre que se había convertido a la fe católica.
Quiso ingresar en el Carmelo pero le hicieron esperar. Fue entonces profesora de Alemán e Historia, y tradujo obras del cardenal san John Henry Newman y santo Tomás de Aquino.
Comenzó a escribir su propia producción filosófica y a dictar conferencias. En las fiestas importantes acudía al convento benedictino de Beuron.
En 1931 escribe “Potencia y acción”, que luego ampliará como “Ser finito y Ser eterno” ya en el convento de las Carmelitas de Colonia. La obra verá la luz después de su muerte.
En 1932 obtiene una cátedra en el Instituto de Pedagogía científica de Münster, de orientación católica.
Hitler y el odio a los judíos
En 1933, el peligro que supone Hitler para los judíos es una constatación.
La ley le prohíbe ejercer como docente. Es acogida en el convento de Carmelitas de Colonia ese mismo año, el 14 de octubre.
Dos días antes, Edith viajó de nuevo a Breslau para despedirse de su madre y de sus hermanos.
Era el día de su cumpleaños, de nuevo el Yom Kippur. Era una situación difícil para todos, pero ella escribió:
Cada semana, entonces, escribió una carta a su madre.
De Edith a sor Teresa Benedicta de la Cruz
El 14 de abril de 1934, tomó el hábito y pasó a llamarse sor Teresa Benedicta de la Cruz.
El 14 de septiembre de 1936, cuando renovaba los votos, murió su madre.
El 21 de abril de 1938, hizo la profesión perpetua. En el recordatorio hizo imprimir estas palabras de san Juan de la Cruz: "que ya sólo en amar es mi ejercicio ".
La "Noche de los Cristales Rotos"
El 9 de noviembre de 1938 se produce la “Noche de los Cristales Rotos”, la prueba de que el odio a los judíos busca su exterminio.
La superiora de las Carmelitas de Colonia ve el peligro que corre sor Teresa Benedicta de la Cruz.
La noche de fin de año santa Edith Stein cruza la frontera de los Países Bajos y la llevan al monasterio de Carmelitas de Echt, en Holanda. Allí redacta su testamento el 9 de junio de 1939.
Escribe:
En Echt, santa Edith Stein escribió su ensayo sobre san Juan de la Cruz. En 1941 escribió a una religiosa:
La Gestapo en el convento
El 2 de agosto de 1942 la Gestapo entró en el convento de Echt. Los obispos católicos de los Países Bajos se habían pronunciado contra la persecución de los judíos, y esta era la respuesta de los nazis.
Santa Edith Stein estaba en la capilla con las demás religiosas. En cinco minutos debía presentarse y así lo hizo, junto con su hermana Rosa. "Ven, vayamos, por nuestro pueblo", le dijo Edith.
Las condujeron al campo de concentración de Westerbork. De allí, al amanecer del 7 de agosto sale una expedición de 987 judíos hacia Auschwitz. Edith Stein y su hermana Rosa están entre ellos.
El 9 de agosto, Sor Teresa Benedicta de la Cruz, junto con su hermana y muchos otros judíos, morirá en las cámaras de gas.
En la ceremonia de beatificación en Colonia el 1 de mayo de 1987, san Juan Pablo II dijo de sor Teresa Benedicta de la Cruz, que es "una hija de Israel, que durante la persecución de los nazis ha permanecido, como católica, unida con fe y amor al Señor Crucificado, Jesucristo, y, como judía, a su pueblo ".
Fue canonizada también por san Juan Pablo II el 11 de octubre de 1998.
Su fiesta se celebra el 9 de agosto.
Patronazgo
Es copatrona de Europa junto con san Benito, los santos Cirilo y Metodio, santa Catalina de Siena y santa Brígida de Suecia.
Oración
Puedes leer otras vidas de santos aquí.