Por disposición del Papa Benedicto XVI, los detalles significativos sobre el fallecimiento del Papa san Juan Pablo II fueron reunidos en un informe divulgado en septiembre de 2005 y enlazado al boletín oficial del Vaticano, el Acta Apostolicae Sedis.
Con más de 200 páginas, el informe describe la jornada de partida del Papa polaco rumbo al abrazo eterno del Padre. Fue el 2 de abril de 2005, un sábado, día dedicado a Nuestra Señora y víspera de la fiesta de la Divina Misericordia, que el mismo Papa polaco introdujo en la liturgia de la Iglesia.
Suspenso y oración en San Pedro
Esa noche, el mundo estaba en vilo, pendiente de las noticias que no dejaban de surgir sobre la salud del amado Pontífice. Las transmisiones continuas en todo el planeta daban cuenta del minuto a minuto, esperando un milagro.
Sin embargo, la vida del Santo Padre se iba apagando. Las oraciones se intensificaban y el milagro no llegaba. La gente congregada en la plaza de San Pedro no dejaba de rezar, mirando constantemente hacia la ventana del departamento papal.
Llegó el momento
Los medios hacían recuento de la vida de Juan Pablo II. La enfermedad del Parkinson había causado estragos en la salud del antiguo deportista, pero a pesar de haberlo acabado corporalmente, su espíritu se mantenía intacto. No obstante, la hora había llegado.
Según el horario italiano, Karol Wojtyla entró en coma a alrededor de las 19 horas y falleció a las 21:37 h.
Últimas palabras de Juan Pablo II
Pero antes, aproximadamente a las 15:30 horas, a pesar de su fragilidad, la fiebre y el tubo en su garganta, reunió las pocas fuerzas físicas que le quedaban para pronunciar su conmovedora frase de despedida.
En su lengua materna, el polaco, hizo un tenue pero claro pedido declaración, seis horas antes de partir:
Déjenme ir a la Casa del Padre”.