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Alrededor de un 70 % de los alimentos procesados que consumen nuestros niños contienen algún tipo de azúcar añadido. El 80% de los productos tienen azúcar.
Es momento de que los padres comencemos a prestar especial atención a la cantidad de azúcar que consumen en el día nuestros hijos. Y es que los estudios demuestran que un consumo excesivo de azúcar puede ocasionar daños en su salud a corto y largo plazo.
El consumo elevado de azúcar en productos ultraprocesados (no naturales) junto con la insuficiente realización de actividad física en los niños ha fomentado en los últimos años el aumento de la obesidad infantil. También causa enfermedades asociadas como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas y caries dentales, entre otras.
Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son claras, diciendo que:
Daños que puede ocasionar en la salud un consumo alto en azúcares
Tanto el consumo elevado de azúcar en los niños como el de edulcorante pueden tener efectos nocivos sobre su salud y consecuencias a corto y largo plazo.
Algunos de estos efectos pueden ser:
Lo ideal es cultivar desde pequeños el amor por los alimentos naturales
La inmensa mayoría de los productos que encontramos hoy en el mercado contienen en mayor o menor medida algún tipo de azúcar agregado. Lo ideal es enseñar a nuestros hijos desde sus primeros bocados el gusto por los alimentos naturales, sin agregado de azúcares ni sal.
"Pero pobrecitos, ¿nada de azúcar?" No, ellos necesitan el azúcar pero proveniente de alimentos naturales, que contengan carbohidratos saludables como las frutas, vegetales, legumbres, cereales integrales, la leche y sus derivados.
¿Entonces es necesario eliminar el azúcar radicalmente de la dieta de los niños?
No, se puede disfrutar con moderación, en mayores de 2 años, es decir en momentos puntuales, no a diario.
Se ha visto que solo reduciendo el azúcar de la dieta de los niños obesos genera mejoras en su salud en 10 días. Además se logra bajar la presión arterial, los índices de glucosa y colesterol. Este estudio lo confirma.
Incluso eliminarlos radicalmente de su dieta podría ser contraproducente, ya que puede conducir a una alimentación desordenada.
Sin embargo, sin necesidad de hacer una dieta restrictiva se puede comenzar, por ejemplo, por limitar el consumo de alimentos básicos para un día establecido. Podemos limitar, por ejemplo, los cereales de desayuno endulzados, panes refinados, bebidas, yogures endulzados y bocadillos.
De esta manera, se va acostumbrando el paladar de los niños a un nivel más bajo de dulzura. Así haremos que los antojos por estos alimentos sean menos y puedan entonces disfrutarlos sin preocupaciones en una ocasión especial.
¿Cómo podemos prevenir el exceso de consumo en el momento de la compra?
Observa: si el alimento tiene menos de 0,5 gramos por cada 100 gramos, significa que es considerado 0% azúcar, mientras que si posee más de 15%, es un alimento alto en azúcar.
Además debemos estar atentos porque podemos encontrar el azúcar bajo diferentes nombres: jarabe o sirope de maíz de alta fructosa (JMAF), agave, caramelo, melaza, dextrosa, fructosa, sacarosa, maltosa, maltodextrina, miel, entre muchos más.
Es fundamental estar atentos diariamente a la alimentación que llevan nuestros hijos, en casa y en el colegio, no importa la edad, tanto si son bebés como si son niños o adolescentes.
Como padres debemos hacer educación alimentaria desde que empiezan a comer sus primeros bocados. Enseñémosles a leer los etiquetados de alimentos, y comer y cocinar en lo posible con ellos. Fomentemos la práctica de deportes o cualquier tipo de actividad física porque así estaremos ayudándolos a estar sanos y tener un adecuado crecimiento y desarrollo.