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Ventanilla, norte de Lima, Perú. En ese sitio permanecen los efectos de lo sucedido el pasado 15 de enero. En aquel entonces se registró un derrame de petróleo (más de 11.000 barriles) adjudicado a un oleaje tras la erupción de un volcán submarino en Tonga con efectos en un barco de la petrolera española Repsol.
Los días posteriores fueron de declaración de emergencia ambiental. Pero también de ayuda a damnificados desde organizaciones vinculadas a la Iglesia, además de un mensaje desde la Conferencia Episcopal Peruana.
Agradecimiento y cercanía del Papa
La situación, grave, llevó a organismos como la OEA a solidarizarse recientemente con el gobierno y pueblo peruano a raíz de los efectos en la población afectada. Esto también afectó la flora y fauna silvestre en esa zona de la costa peruana. Al tiempo de realizar un llamado urgente para brindar “ayuda humanitaria de emergencia”.
En medio de esto, quien también se pronunció fue el propio Cruz Serrano. A través de una carta agradeció a la OEA por sus manifestaciones tras lo acontecido. No obstante, también hizo referencia al seguimiento de parte del papa Francisco
“Desearía transmitir el pesar y la cercanía del Papa Francisco al Gobierno y al pueblo peruano, de modo particular a todos los afectados directamente, como los pescadores y a los pobladores de la franja de playa-litoral, por este grave daño ecológico y medioambiental, ocasionado por el derrame de petróleo», expresó el representante de la Santa Sede ante la OEA en la carta reproducida por la Iglesia de Perú.
Cuidar y ayudar
En otros de sus puntos hizo referencia a lo dicho por el papa Francisco en su encíclica Laudato Sí. En ese mensaje también aparece de manera explícita el llamado a la protección de los océanos.
Por último, en el mensaje de Cruz Serrano también se hace énfasis en los diversos proyectos que se pusieron en marcha. Esta vez con la Iglesia protagonista para “ayudar y sostener a los damnificados del derrame de petróleo en estos momentos difíciles”.
