Dos agentes de la Guardia Civil de España llegaron a tiempo para salvar la vida de un bebé que acababa de nacer. Su madre lo había abandonado después de dar a luz. Se encontraba entre unos bidones junto a un camino en la población de Almoradí (Alicante).
Los mismos agentes contaron que habían encontrado al recién nacido en el suelo todavía con el cordón umbilical.
El niño, aunque en ese momento presentaba síntomas de deshidratación, se encuentra ahora "estable" y plenamente a salvo, según relataron ellos mismos.
La madre -que tiene 39 años y es de nacionalidad suiza- se encontraba en Almoradí, en una vivienda en ruinas a las afueras. Al ser interrogada por los agentes, negó que hubiera tenido un parto. Inmediatamente fue detenida y pasó a disposición judicial en le juzgado de Orihuela. Se le imputa un delito de abandono de menores.
Realmente fue la preocupación del camionero lo que hizo posible que el bebé no perdiera la vida.
El recién nacido estaba entre mantas. Una ambulancia lo trasladó al hospital de San Bartolomé y siguen atendiéndolo en la unidad de neonatos. "Fue la mayor alegría que nos llevamos, la verdad", confesaban los dos guardias civiles.
Los medios de comunicación españoles se han hecho eco de la noticia, lógicamente, y en los programas de televisión se alegran de que haya podido "salvarse" a este bebé.
Al ver a este recién nacido que se ha podido salvar, cabe preguntarse cómo es posible que alguien esté a favor de quitar la vida a un bebé con el aborto. Más aún, cómo es posible que en lugares como el estado de Maryland en Estados Unidos se promueva un proyecto de ley que permitiría acabar con la vida de los recién nacidos hasta los 28 días después del parto. ¿Hay que dar mucha argumentación para que veamos que eso sería un asesinato, como lo habría sido la muerte de este bebé si nadie lo hubiera rescatado?
El proyecto de ley que se impulsa en Maryland buscaría evitar las investigaciones y sanciones por aborto en cualquier momento del embarazo y muertes “perinatales” causadas por “falta de acción”. Se define como período perinatal el comprendido desde las 22 semanas de gestación hasta el término de las primeras 4 semanas de vida del bebé, 28 días tras el nacimiento.
Si ese proyecto de ley va adelante, un bebé como el que salvaron los guardias civiles habría muerto. Y los bebés merecen que se defienda su vida, aquí o en cualquier parte del mundo.