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«La Iglesia navega entre las aguas agitadas de poderes humanos que la atacan porque no toleran la verdad que ella anuncia, al mismo tiempo avanza resistiendo a vientos contrarios que la amenazan e intimidan para callar su voz. Sin embargo, la barca de la Iglesia no navega sola. Jesús está siempre con nosotros. Él protege y guía a la Iglesia. Él no nos olvida ni nos abandona nunca».
Con estas palabras del obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez (actualmente exiliado en Miami), es que comienza la segunda entrega del estudio elaborado por la abogada Martha Patricia Molina, maestra en Corrupción y en Estado de Derecho y miembro del Observatorio Pro-Transparencia y Anticorrupción de Nicaragua.
«Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?», es el nombre de este trabajo de 235 páginas, cuya segunda entrega –con cifras actualizadas a octubre de 2022- no hace otra cosa más que confirmar cómo ha crecido la hostilidad del régimen encabezado por Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia católica en Nicaragua.
En ese sentido, en la segunda entrega de esta investigación se han documentado (de manera minuciosa) un total de 396 agresiones a la Iglesia católica en Nicaragua. Esto representa un aumento de 206 ataques respecto al primer informe (190 ataques).
«En el año 2022, el incremento se debe a que las agresiones fueron realizadas a posteriori de la primera entrega efectuada en mayo 2022, lo que significa que durante los meses de junio, julio, agosto, septiembre y octubre se produjeron 94 agresiones adicionales, lo que proyecta un resultado total de 127 daños en el transcurso del año 2022», donde también se recuerdan los ataques desde 2018.
«Saldrías de aquí en bolsa negra»
En el desarrollo del informe, la autora también hizo público, entrevistado bajo condición de anonimato, el testimonio de un sacerdote que viajó recientemente a Nicaragua.
«Vos vas a salir de aquí hoy, y quiero que le des gracias al comandante y la compañera, pues ellos respetan a los sacerdotes. Porque si por mi fuera saldrías de aquí en bolsa negra. Luego de eso me dijo: “toma tu pasaporte”. Abrió la puerta y lo lanzó al suelo. Yo lo recogí. Entonces, me gritó: “cuando regreses, si es que sucede, ya sabes que de aquí salís de dos formas: o en una bolsa o directo a la cárcel”».
También aparece el relato de otro sacerdote que al pasar por un chequeo de maletas y constar que llevaba objetos religiosos, entre ellos rosarios, se los quitaron y lanzaron a la basura.
Tipologías de hostilidades
En otro de los pasajes del informe la autora se encarga de poner de manifiesto seis categorías de hostilidades contra la Iglesia en Nicaragua. Es ahí donde aparecen profanaciones a templos; cierres de organizaciones sin fines de lucro, medios de comunicación y proyectos religiosos; asedio a religiosos; pintadas y mensajes de odio; procesos penales y acciones contra laicos.
Monseñor Rolando Álvarez y más cierres de ONG
La situación del obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez, aparece también plasmada en el informe de Molina. Este 19 de noviembre se cumplirán tres meses desde que la Policía leal al régimen de Ortega entrara a la curia episcopal y lo secuestrada junto a un grupo de colaboradores.
Lo sucedido con este obispo bajo «arresto domiciliar», su estado de salud, así como la hostilidad hacia la Iglesia en los últimos meses, ha generado la atención a nivel internacional y hasta el propio papa Francisco habló públicamente sobre Nicaragua.
Recientemente, quien se volvió a referir sobre Álvarez fue el arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, quien en breves declaraciones a AFP expresó: «De salud está muy bien, espiritualmente muy bien. Él dice que mira estas cosas como un momento de su historia, un momento del espíritu, y él piensa que, de manera personal, algo va a sacar de todo esto».
Brenes también había sido el primero en ver a Álvarez cuando fue trasladado desde la curia, según un comunicado emitido en ese momento por la Policía orteguista. Y en declaraciones a Aleteia, mientras se encontraba en Roma en el marco de una reunión entre el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y el papa Francisco, Brenes también subrayó que «hay diálogo» con el gobierno de Nicaragua y que la Iglesia «trabaja silenciosamente» ante la persecución.
En tanto, este 16 de noviembre también trascendió, tal cual informó La Prensa, que otras 100 ONG fueron canceladas en Nicaragua. Entre ellas figuran «varias de carácter cristiano», según se añadió.