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Un tuit madrugador hizo conocer la noticia, justo el día de la fiesta de «La Chinita» (18 de noviembre):
«Esta mañana, a las 6.45, ha muerto nuestra querida hermana y compañera de trabajo Sor Irene Nesi, por muchos años Directora del INPAS (Instituto Nacional de Pastoral) y Catequesis de la Conferencia Episcopal de Venezuela , Hija de María Auxiliadora, en Altamira. Hoy la iban a operar de un cáncer que le descubrieron hace poco. QEPD».
Fue una pérdida inesperada que todos lamentan. Otro duro golpe a la labor eclesial en Venezuela, a la comunidad salesiana, a la Conferencia Episcopal Venezolana y al trabajo pastoral en este país.
Catequesis renovada
Apasionada por la Catequesis, sostenía: «Se necesita una catequesis renovada para responder a los desafíos del siglo XXI, por lo que se requiere de un nuevo catequista y de una nueva formación que lo renueve y lo haga capaz de acompaña procesos de iniciación y maduración en la fe de los catecúmenos». Y advertía: «El primero que tiene que haber hecho la experiencia de un encuentro personal y transformador con Jesús vivo y resucitado es el catequista».
La hermana María Irene Lucrecia Nesi Speluzzi -Fma- tenía 76 años. Se desempeñaba como directora del Instituto Nacional de Pastoral (INPAS) de la Conferencia Episcopal Venezolana, desde el 2019. Anteriormente, por más de 18 años, fue directora del Departamento de Catequesis del Secretariado Permanente del Episcopado Venezolano (SPEV). También, entre muchas responsabilidades, fue presidente y secretaria durante varios períodos de la Sociedad de Catequistas Latinoamericanas (SCALA).
El Evangelio en el ADN
Había nacido en Buenos Aires, Argentina, el 2 de septiembre de 1946. La familia emigra a Venezuela cuando sus hijos eran aún pequeños, en 1959. Es en el Colegio María Auxiliadora de Caracas, donde hace sus estudios y se gradúa de bachiller. Allí se fue enamorando del espíritu salesiano que conquistó su corazón adolescente en contacto con las hermanas y el ambiente de familia que entre ellas se respiraba. A los 16 años decide que será hija de María Auxiliadora y entra al aspirantado con el ardor de sus años juveniles, dispuesta a darlo todo por Jesús y cobijada por la Auxiliadora, los dos grandes amores de su vida.
Una nota de la arquidiócesis de Caracas agrega: «A punto de cumplir los 20 años hace su profesión religiosa, el 5 de agosto de 1966 y empieza a derrochar juventud y pasión por el reino en la comunidad en la que descubrió su vocación, el colegio María Auxiliadora de Altamira. Luego pasa a La Vega y de allí a San Cristóbal, Coro, Mérida. Va a Guatemala y México como estudiante de teología y al regresar de nuevo a Mérida empieza a ensanchar su pasión por el anuncio del Reino formado por catequistas, desplegando su ardor evangelizador desde las aulas, el patio, la parroquia. Era como si su ADN se hubiera impregnado de un llamado especial convertido en anuncio del Evangelio».
«La abuela» con los guantes puestos
Sor Irene partió «con los guantes puestos», dicen los catequistas. Estuvimos juntos en Mérida - cuentan- el último fin de semana de octubre en el Congreso de Catequistas. Fue recibida con una ovación por parte de más de 500 catequistas reunidos. Se conmovió ante la manifestación de afecto y dio un hermoso testimonio sobre su camino al servicio de la iniciación a la vida cristiana. No pocos catequistas de varias diócesis se acercaban a agradecerle por el acompañamiento recibido durante tantos años.
Sor Irene bromeaba con dos catequistas que le decían que ella ya no era la madre de la catequesis en Venezuela sino la abuela, no por la edad, sino porque ellas pertenecían a dos generaciones diferentes que habían vivido el proceso de formación con Sor Irene. Dan gracias a Dios por su vida que tanto bien hizo a nuestra Iglesia venezolana. «Gracias Irene por ser maestra y compañera en el discipulado cristiano. ¡Dios te conceda el descanso de todos tus desvelos pastorales!».
Compromiso en esta «Tierra de Gracia»
Han sido innumerables los mensajes de condolencias llegados de distintas partes de Venezuela y del mundo expresando «pesar y tristeza» por la partida de quien con pasión inagotable transmitió el Evangelio de Jesús como pedagoga y maestra de catequistas.
Desde Mérida, el cardenal Baltazar Porras lamentó la partida física de la religiosa salesiana. Ofició misa por su eterno descanso y destacó la labor de Sor Nesi no solo en Venezuela sino en América Latina. Y en un video publicado en la red, Porras manifestó su solidaridad con la familia salesiana, la Conferencia Episcopal de Venezuela y todos los Secretariados Catequísticos donde esta religiosa sirvió.
Un tuit salesiano cerró las manifestaciones de duelo: «Hacemos fraterno recuerdo de la llegada de los primeros Salesianos a Venezuela: 19 de noviembre de 1894. Son 128 años de presencia salesiana en esta "Tierra de gracia" (como la llamó Colón nada más ver sus costas). Bendecimos al Señor y renovamos nuestro compromiso con Don Bosco y con los jóvenes de esta patria».