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Es un momento en el que los padres juegan un rol esencial ya que son los que tienen la responsabilidad de enseñar a sus hijos el verdadero sentido de la Navidad, de mostrar que la cantidad de regalos y preparativos no son nada si no hay fe cristiana, porque es una celebración de la fe, de la familia, de valores, de amor y alegría.
Es necesario explicarles a los pequeños que Papá Noel o más bien el Niño Jesús les traerá algún regalo, porque ellos lo esperan con ilusión pero como padres debemos evitar caer en el consumismo de esta época. Decirles que lo importante del regalo no es lo material sino el cariño con que uno lo hace, elige y obsequia.
Por eso es importante comenzar poniendo en lo posible un límite ante la saturación de publicidad de juguetes y regalos a la que estamos expuestos a diario en estas fechas, y también a esa la larga lista y costosa carta a los Reyes Magos y Papá Noel.
Menos regalos materiales y más tiempo en familia
Muchos de nosotros recordarán que cuando éramos niños hacíamos las cartas para Papá Noel y Reyes Magos pero casi nunca obteníamos todos los regalos que habíamos pedido.
Sin embargo, hoy los padres sienten la obligación (equivocada) de cumplir con todo lo que los hijos piden (en cuanto a lo material). A veces es porque sienten que no les dedican el tiempo suficiente para jugar y estar más con ellos.
Pero de esta manera, además de derrochar mucho dinero, los sobrecargamos de regalos, algo que les genera mucha ansiedad por abrir todos los regalos perdiendo la ilusión, sin apreciar cada uno o incluso terminan sin disfrutar de ese momento especial.
Durante varios días sufrimos la presión de los medios publicitarios. Nos invaden (a los padres y a los niños) con folletos, publicidad y distintas campañas de juguetes, artículos tecnológicos, ropa y distintas opciones de regalos.
Pensemos que muchas veces si damos a elegir a los niños entre un juguete y dar un paseo en familia en bicicleta preferirán este último. Y es que detrás de todo ello en realidad lo que más quieren y necesitan los hijos es que los padres jueguen y pasen más tiempo con ellos y no tanto ese super juguete. Pero ¿de qué manera hacerlo?
Así mismo el papa Francisco en la Audiencia General el 23 de diciembre de 2020 decía en su catequesis sobre la Navidad:
"Es importante que no se reduzca la fiesta solamente sentimental o consumista, rica de regalos y de felicitaciones pero pobre de fe cristiana."
Para evitar esto es necesario educar desde pequeños de distintas maneras:
- Explicarles que hay muchos niños que no podrán recibir un regalo como ellos y ni siquiera tienen lo imprescindible, que hay que conformarse con lo más necesario y agradecer lo que tenemos.
- Que no solo debemos esperar recibir regalos sino que es hermoso poder dar. De este modo los días previos podemos ver con ellos aquellos juguetes con los que no quieran jugar más o qué estén casi sin estrenar de otros años para donar a otros niños.
- Que los regalos más apreciados son los que hacemos con nuestras propias manos. Podemos invitarlos a hacer algún regalo para los abuelos, amigos, hermanos... como decorar un portarretratos con caracoles o piedras pintadas, velas decoradas o puedes ver más ideas aquí.
- Centrarnos en el verdadero sentido de la Navidad, que lo que celebramos con mucha alegría es el nacimiento de Jesús que nació en un humilde establo acompañado de sus padres María y José, pastores y animales. Para eso, lo ideal es comenzar el primer día de Adviento realizando distintas actividades, desde hacer una Corona de Adviento, el calendario de Adviento, poner el Belén, hacer preparaciones típicas de estas fechas, ver películas y leer libros sobre la Navidad.
- Hacer la carta de Papá Noel y Reyes Magos junto a ellos, y ayudarle a reflexionar sobre los regalos que quieren pedir. Una idea que dan los expertos es la de los 4 regalos. Puedes leer más aquí.
- Hacer un regalo diferente como recuerdos, momentos... Por ejemplo, algo que le guste como una entrada para ir al cine, o teatro, un parque de diversiones juntos.
Y recuerda que no conviene gastar más de lo necesario, porque el mejor regalo que podemos darle a nuestros hijos son nuestro amor, acompañamiento y tiempo. ¡Feliz Navidad!