12 de diciembre de 1969. Estalla una bomba en la sede de la Banca Nazional dell Agricoltura en Piazza Fontana (Milán). El anarquista Giuseppe Pinelli es arrestado y poco después fallece al caer de la ventana de la comisaría. La organización de extrema izquierda Lotta Continua culpa al comisario Luigi Calabresi.
Comienza una campaña de descrédito que acaba con el asesinato del comisario en la puerta de su casa. Gemma Calabresi, de 25 años quedó viuda, junto a sus hijos Luigi, Paolo y un tercer hijo en camino.
"La grieta y la luz. Un camino de perdón", libro que acaba de publicar la Editorial Encuentro es el testimonio de perdón y reconciliación de Gemma. Un recorrido de fe y de perdón que además, como explica Irene Villa en el prólogo: "Es ejemplo también para quienes pierden un ser querido por un cáncer o un accidente de tráfico".
Irene Villa destaca las palabras que a Gemma le sugirió, para el periódico, su madre: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen", "casualmente, también las dijo mi madre", explica Irene: "Y como a Gemma, me parecieron poderosas y oportunas".
Todo el libro es un alegato a la paz mostrando la faceta sanadora del perdón: "Nunca he hablado de cuánto me esforcé usando la cabeza y cómo me di cuenta mucho después que todo ese esfuerzo había sido en vano; porque el perdón es un movimiento autónomo del corazón" y un llamamiento a la resilencia, a seguir siempre luchando y a confiar en el ser humano: "Se puede vivir una vida de amor después de un dolor lacerante. Se puede creer en los seres humanos incluso después de haber conocido su mezquindad".
La capacidad de perdón, de análisis ante lo ocurrido y la serenidad que Gemma transmite no parecen ser de este mundo. Un momento clave en su vida es explicado de manera magistral en el libro. Es el momento de más dolor, cuando ella se encuentra sufriendo, cuando parece que no va a poder más, cuando todo se desmorona y su mundo se derrumba.
Todo un capítulo para ese momento: Dios en el sofá. "Fue como si alguien me hubiera tomado en brazos (…) supe sin una sombra de duda, que me las arreglaría; mi vida sería muy diferente pero los niños y yo saldríamos adelante porque no estaba sola". "Me tiembla la mano mientras escribo esto, pero estoy segura de que en ese sofá, en el momento más bajo de mi vida, en la soledad y la desesperación, me encontré con Dios", escribe Gemma.
Junto a vivencias personales, Gemma va intercalando momentos de la historia reciente de Italia, que se asemejan a momentos vividos en la sociedad española y que tienen un nexo común: las víctimas pueden abrazar el camino del perdón a sus verdugos.
No es fácil y ella lo explica. Momentos muy duros, rupturas de amistades, la necesidad de encontrar la verdad y lo doloroso del recuerdo en los juicios. También el comienzo de una nueva vida, un nuevo trabajo y un nuevo amor. Una vida que se mueve entre la grieta y la luz y que es imprescindible conocer y leer, un alegato al perdón y a la esperanza.