Manejar o subirse al transporte público es toda una aventura a la que nadie puede sustraerse, pues casi todos los días tenemos la necesidad de trasladarnos al trabajo, a la escuela o a cualquier destino fuera de casa, y, muchas veces, por la lejanía o por ahorrar tiempo, no podemos hacer el trayecto a pie.
En estos trayectos, puede ser que nos toque que, el vehículo en el que vamos, se atore en el tráfico; sobre todo si vivimos en ciudades grandes. O bien, cuando la distancia por recorrer es tanta, pasamos varias horas en el transporte antes de llegar a nuestro destino.
Es por eso que Aleteia tiene una propuesta para aprovechar el tiempo en estas circunstancias, y a la vez, ejercitarnos en la piedad y en la paciencia en vistas a santificarnos.