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4 virtudes que debemos aprender del santo cura de Ars

saint curé d'ars

El santo Cura de Ars tuvo mucha experiencia del demonio.

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Mia Schroeder - publicado el 04/08/23
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San Juan María Vianney fue un hombre que pasó por cientos de obstáculos a lo largo de su vida y que se santifico por su manera de vivir a través de sus virtudes

Juan María Vianney, conocido como "el Cura de Ars", nació el 8 de mayo de 1786 en Dardilly, cerca de Lyon. Gracias a las enseñanzas religiosas de su madre, aprendió muchas oraciones de memoria y vivió desde pequeño un fuerte sentido religioso.

El 13 de agosto de 1815 fue ordenado sacerdote por Monseñor Simón, obispo de Grenoble. En 1818, Vianney fue hecho párroco de Ars, una aldea no muy lejos de Lyon, y fue en el ejercicio de las funciones de párroco en esta remota aldea francesa en las que el "cura de Ars" se hizo conocido en toda Francia y el mundo cristiano.

El santo cura de Ars, siempre se caracterizo por tener 4 destacadas virtudes que hoy Aleteia comparte contigo para que puedas trabajar en ellas y llevarlas a la practica en tu vida.

1Humildad

Una de las características principales de este santo fue la humildad que practicaba en su vida y en la de los demás; tanto así que fundó una especie de orfanato para jóvenes desamparadas que llamó "La Providencia" y fue el modelo de instituciones similares establecidas más tarde por toda Francia.

El propio Vianney instruía a las niñas de "La Providencia" en el catecismo, y estas enseñanzas catequéticas llegaron a ser tan populares que al final se daban todos los días en la iglesia a grandes multitudes y aunque tuvo éxito, fue cerrada porque el santo cura pensaba que no estaba justificado mantenerla frente a la oposición de mucha buena gente.

2Amabilidad

No llevaba mucho tiempo en Ars cuando la gente empezó a acudir a él de otras parroquias, luego de lugares distantes, más tarde de todas partes de Francia, y finalmente de otros países.

En 1835, su obispo le prohibió asistir a los retiros anuales del clero diocesano porque "las almas le esperaban allí", tanto que, durante los últimos diez años de su vida, pasó de dieciséis a dieciocho horas diarias en el confesionario, siempre con muy buena actitud y escuchando con humildad y amabilidad los pecados de las miles de almas que lo buscaban.

3Paciencia

Como bien sabemos esta es una de las virtudes más difíciles que pueden existir y el santo Cura de Ars es muestra de que, con perseverancia, se logra. Durante su infancia estalló la Revolución Francesa que persiguió ferozmente a la religión católica.

Así que él y su familia, para poder asistir a Misa, tenían que hacerlo en celebraciones a escondidas, donde los agentes del gobierno no se dieran cuenta, porque había pena de muerte para los que se atrevieran a practicar en público su fe.

A los 17 años fue reclutado por el ejército para combatir en la guerra, después trató de ir a estudiar al seminario pero su intelecto era corto, reprobó en su examen para la ordenación sacerdotal y pensó que nunca llegaría a cumplir su vocación; años más tarde, después de muchas otras pruebas, por fin es ordenado sacerdote y lo envían al pueblo más alejado, llamado Ars, en donde siguió pasando por muchas dificultades.

4Buen Humor

Pocos santos han tenido que entablar luchas tan fuertes contra el demonio como San Juan Vianney. Un día, de misión en un pueblo, varios sacerdotes jóvenes dijeron que eso de las apariciones del demonio eran puros cuentos del Padre Vianney.

El párroco los invitó a que fueran a dormir en el dormitorio donde él iba a pasar la noche. Y cuando empezaron los tremendos ruidos y los espantos diabólicos, salieron todos huyendo en pijama hacia el patio y no se atrevieron a volver a entrar al dormitorio, ni a volver a burlarse del santo cura.

Él lo tomaba con toda calma y con humor y decía: "Con el patas hemos tenido ya tantos encuentros que ahora parecemos dos compinches". Pero no dejaba de quitarle almas y más almas a Satanás.

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