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Esto lo saben muy bien Rocío y Jaime: al Cielo se llega en equipo. Rocío y Jaime son padres de dos niños. Vienen desde el centro de España a la JMJ.
Y ¿qué busca una familia en la JMJ se preguntará más de uno? A Jaime y Rocío les mueve el amor a Dios, les mueve el deseo de que sus hijos conozcan un ambiente de oración y a la vez un ambiente sano y festivo: dos cosas fundamentales y que muchos padres intentamos transmitir a nuestros hijos.
Por otro lado, también consideran muy educativo pasar unos días en familia dando importancia a lo más esencial en la vida, su fe; dejando a un lado las grandes comodidades y aprendiendo a disfrutar de una vida austera que edifica a grandes y pequeños. "Por las calles de Lisboa corren ríos y ríos de gente, es emocionante", nos dicen, ver a tantísima gente joven con el mismo espíritu de amor a Dios, gente en silencio, gente en oración. “Es sobrecogedor el respeto y la adoración que se respira: siendo miles y miles de personas, no hay empujones, todo está organizado, la gente sonríe...”
Retomando algunas palabras que pronunció el Santo Padre el jueves en la ceremonia de acogida, Jaime y Rocío “no están aquí por casualidad. El Señor los llamó, no sólo en estos días, sino desde el comienzo de sus vidas” y ellos respondieron a esa llamada.
Jaime y Rocío entendieron que son valiosos a los ojos de Dios, son amados como son, también con sus problemas y alegrías como familia. En esta JMJ, ellos participan en familia y esperan que sus hijos intuyan ese encuentro, esa llamada, la cual abre la puerta a la grandeza del amor de Dios.
A Marina, su hija, le llama mucho la atención ver a tantos jóvenes por las calles de Lisboa pero “¿toda esta gente ha venido a querer más a Jesús?”. En esta JMJ, se le han presentado a Marina nuevas amistades, distintas nacionalidades, distintas lenguas; ¡todos caben en la Iglesia! ¡Todos se tratan con cariño! ¡Todos se entienden! Y de ese cariño que nace de un desconocido, llega el lenguaje del amor de Jesús.
Aventura, adoración, unión y experiencia: así han vivido estos días en la JMJ en familia. “Una JMJ con niños pequeños puede tener un extra de esfuerzo y cruz, pero incluso de eso estamos agradecidos porque nos ha servido para vivir con más consciencia de familia y acercarnos más a Dios”.
Como decía Francisco “el amor de Dios es sorpresa, siempre sorprende”, también en una JMJ. Para Jaime y Rocío, está muy claro: al Cielo se llega en equipo y para ello no hay mejor manera que hacerlo en familia.