En el modelo de vida de los santos encontramos una especie de guía para conducir nuestra vida, ya que todos hemos sido llamados a la santidad. El beato millenial, Carlo Acutis, un ejemplo para los jóvenes por su cercanía a nuestra época. Universalmente, es conocido por trasmitir la alegría del Evangelio a través de los medios electrónicos.
Pero detrás de esta virtud, hay otras que son muy importantes, pues Carlo y su testimonio de santidad inspiran hoy a muchos evangelizadores digitales a ser Ciberapóstoles de Dios, navegando en el Continente Digital como lo llamara el Papa Benedicto XVI.
Estas son algunas de estas virtudes que pueden servir como modelo a seguir, con base en el libro “Carlo Acutis, un genio de la Informática en el cielo” del Postulador para la Causa de Beatificación y Canonización de Carlo, el italiano Nicola Gori. Estas virtudes son imitables, centradas en Cristo y, como lo dice el lema de la Jornada, a ejemplo de María, nos pondrán en camino.
1“La Eucaristía es mi Autopista al Cielo”
Para Carlo, la unión con Jesús fue el punto central de su vida, pues se destacó siempre por un gran amor a la Eucaristía, y como dice el postulador de su causa: "No se puede comprender a Carlo sin considerar su espiritualidad puramente eucarística… A través de la comunión del Cuerpo y la Sangre de Cristo, encontró verdaderamente el modo de subir al Cielo, donde lo esperaba su Señor para vivir eternamente con él".
Esto nos permite entender que, solo mediante Cristo, cada joven encontrará el punto central de su camino de santidad, pues la Eucaristía es el alma que anima, el corazón que late y el motor que anima la vida de cada cristiano.
Por eso, para que cada joven emprenda, a ejemplo de Carlo Acutis, el camino por la autopista al Cielo, un elemento indispensable es la Eucaristía, no solo como un sacramento ritual, sino como una presencia viva.
2“Estar unido a Jesús, ese es mi proyecto de vida”
Jesucristo confronta la vida de cada uno al ponernos a la escucha de su palabra y Carlo lo entendió muy bien, por eso dedicó gran parte de su tiempo a visitar y promover los milagros eucarísticos mediante una página web. Eso lo convirtió en un gran evangelizador digital.
Por este motivo se le considera patrono de Internet. Esto nos permite comprender que quien se deja encontrar por Dios no puede ser la misma persona, el Señor nos pone en movimiento.
Carlo entendió que estar unido a Jesús no solo implicaba orar por los necesitados, él vivía su ser católico, pues sabía que la oración es el motor de toda acción benéfica hecha en nombre de Cristo para que no se convierta en mero altruismo y su acción trascendió, pues descubrió que los pobres y necesitados también son el mismo Jesús.
3"Todos nacemos como originales, pero muchos mueren como fotocopias"
Nuestro joven Carlo tenía una personalidad única, era un chico fuera de serie y nunca se avergonzaba de su personalidad, su fe o sus convicciones. Fue tan avasalladora su persona que su propia madre, al no estar tan cerca de Dios, tuvo que prepararse más para poder dialogar con él.
Un empleado hindú que trabajaba con ellos, al contacto con este adolescente al que consideraba su mejor amigo, cambió su vida y abrazó la fe siendo adulto. Así como él, podemos encontrar muchos testimonios de personas que solo con conocer a Carlo tuvieron para ser distintos y más felices.
De esto podemos aprender que siendo como somos, no aparentando algo distinto, podemos alcanzar a Cristo y contagiarlo a los demás.
Un ejemplo a seguir para los jóvenes de hoy
La santidad no se aparenta, se va adquiriendo pero hay que poner de nuestra parte y ser conscientes de que cada quien encuentra la forma de iniciar su propio camino de santidad, imitando virtudes pero no anhelando ser la copia de los santos que conocemos. Ellos son modelos valiosos, pero estamos llamados a ser santos siendo como somos y descubriendo el llamado que cada uno tiene.
El testimonio de este beato millenial ha hecho que nazcan muchos proyectos digitales para llevar a Cristo por medio de las redes sociales.
Puntos que podemos imitar
Así como ellos, todos podemos vivir un camino en busca de la santidad, imitando estos tres puntos de la vida de Carlo:
- Amor a Cristo
- Amor al hermano
- Autenticidad
Si vivimos estos tres puntos en nuestra vida habremos logrado un gran objetivo: encontrarnos con Jesucristo, salir al encuentro del prójimo y, siendo nosotros mismos -sin filtros ni ataduras- aspirar a la santidad para vivir en el cielo.
La autopista es larga, nos espera un gran camino.