Bartolomé Blanco Márquez es un mártir español que a los 21 años fue fusilado, no sin gritar ¡Viva Cristo Rey!
Una noche antes de entregar su vida, desde la prisión provincial, escribió una carta de amor a su novia para despedirse de ella. En esta carta el joven manifiesta su alegría de entregar la vida por Cristo y la esperanza de reencontrarse en el cielo, una vez ambos gocen de la vida eterna que Jesús gano para quienes creen en Él.
La conmovedora carta de amor:
Prisión Provincial. Jaén, 1 de octubre de 1936
Maruja del alma:
Tu recuerdo me acompañará a la tumba y mientras haya un latido en mi corazón, éste palpitará en cariño hacia ti. Dios ha querido sublimar estos afectos terrenales, ennobleciéndolos cuando los amamos en Él. Por eso, aunque en mis últimos días Dios es mi lumbrera y mi anhelo, no impide que el recuerdo de la persona más querida me acompañe hasta la hora de la muerte.
Estoy asistido por muchos sacerdotes que, cual bálsamo benéfico, van derramando los tesoros de la Gracia dentro de mi alma, fortificándola; miro la muerte de cara y en verdad te digo que ni me asusta ni la temo.
Mi sentencia en el tribunal de los hombres será mi mayor defensa ante el Tribunal de Dios; ellos, al querer denigrarme, me han ennoblecido; al querer sentenciarme, me han absuelto, y al intentar perderme, me han salvado. ¿Me entiendes? ¡Claro está! Puesto que al matarme me dan la verdadera vida y al condenarme por defender siempre los altos ideales de Religión, Patria y Familia, me abren de par en par las puertas de los cielos.
Mis restos serán inhumados en un nicho de este cementerio de Jaén; cuando me quedan pocas horas para el definitivo reposo, solo quiero pedirte una cosa: que en recuerdo del amor que nos tuvimos, y que en este instante se acrecienta, atiendas como objetivo principal a la salvación de tu alma, porque de esa manera conseguiremos reunirnos en el cielo para toda la eternidad, donde nada nos separará.
¡Hasta entonces, pues, Maruja de mi alma! No olvides que desde el cielo te miro, y procura ser modelo de mujeres cristianas, pues al final de la partida, de nada sirven los bienes y goces terrenales, si no acertamos a salvar el alma.
Un pensamiento de reconocimiento para toda tu familia, y para ti todo mi amor sublimado en las horas de la muerte. No me olvides, Maruja mía, y que mi recuerdo te sirva siempre para tener presente que existe otra vida mejor, y que el conseguirla debe ser la máxima aspiración.
Sé fuerte y rehace tu vida, eres joven y buena, y tendrás la ayuda de Dios que yo imploraré desde su Reino. Hasta la eternidad, pues, donde continuaremos amándonos por los siglos de los siglos.
Bartolomé.
Perdón, perdón, perdón
El mismo día que escribió esta conmovedora carta a su novia Maruja, escribió también un mensaje a sus familiares en donde les pide que perdonen a las personas que han causado su muerte.
"Sea esta mi última voluntad: perdón, perdón y perdón; pero indulgencia que quiero vaya acompañada del deseo de hacerles todo el bien posible. Así pues, os pido que me venguéis con la venganza del cristiano: devolviéndoles mucho bien a quienes han intentado hacerme mal".
Joven católico
A los 16 años comenzó a frecuentar el oratorio de los Salesianos, que recién llegaban a su pueblo. Junto a ellos fue creciendo en fe y conocimiento, hasta que dos años después se volvió secretario de la Juventud Masculina de Acción Católica.
“Jóvenes somos y por lo tanto no podemos quedarnos inactivos; católicos y por lo tanto no podemos ver con indiferencia las innumerables injusticias de la sociedad moderna… Somos jóvenes, jóvenes católicos que no podemos contentarnos con escuchar una misa y dar algunos centavos a los pobres”.
Los 498 mártires de España
Bartolomé es uno de los 498 mártires españoles que el Papa Benedicto XVI beatificó en octubre de 2007. Todos ellos dieron su vida en España entre los años 1934 y 1937.