Seminaristas, novicias, jóvenes y no tan jóvenes… ¡hay miles de personas ahora mismo en el mundo que se encuentran en su etapa de formación para dar un "sí" maduro a esta vocación.
La respuesta generosa a la llamada a la vida consagrada despierta en la Iglesia esperanza, y a veces también humanas preocupaciones. Todos estamos llamados a acompañarla, con apoyo material y espiritual.
Por eso te proponemos esta oración por las personas que van a consagrar su vida a Dios:
Oración:
Señor Jesús, nuestro Esposo eterno, que viniste a servir y no a ser servido y nos mostrarte un camino de entrega de amor sin límites por el Reino de los cielos:
Gracias por llamar a estos hermanos nuestros -por su nombre único y desde antes de nacer- a una vida consagrada que esperamos que sea profecía y luz potente. Gracias por darles la fuerza para responderte "sí", porque ellos son ya un signo de tu amorosa presencia entre nosotros.
Queremos pedirte unidos que siempre experimenten tu cercanía, que sea la relación contigo, la fe en Ti, su fuerza para vencer y poder ofrecer su vida como un canto agradecido de alabanza.
Disipa sus dudas y miedos, dales discernimiento, sabiduría y pureza, también prudencia para avanzar seguros por caminos de paz. Convierte sus carencias y debilidades en fuerza tuya,
amplifica sus talentos, su alegría y también su humildad. Regálales espíritu de oración, una formación completa y un adecuado acompañamiento que les prepare un buen futuro, a ellos y a todos aquellos con los que se relacionarán.Que encuentren en Ti, Señor Jesús, todo lo que necesitan. Todos los días de su vida renueva su fidelidad para que mantengan ardiente la llama del primer amor.
Desde su interior, ilumina, bendice, vivifica, levanta, sana y libera; a través de ellos muéstrate, para la salvación de todos, acompañados siempre por la Virgen María, que se preocupará perfectamente de todo lo que necesiten en esta etapa y siempre.
Amén
Miles de llamados
Carlos, Verónica, Gilbert... miles de hombres y mujeres de todo el mundo están en estos momentos en camino de responder a la vocación a entregar toda su vida a Dios, sin mediaciones, sin dispersiones.
En muchas diócesis, institutos religiosos, sociedades de vida apostólica, institutos seculares, siguen procesos de formación integral que suelen durar varios años.
Así se preparan para ofrecer su testimonio y cumplir muy distintas misiones que hagan presente a Cristo en persona en el mundo.
Como los 608 mil 958 religiosos profesos no sacerdotes y los 462 mil 388 clérigos contabilizados en el último Anuario Pontificio.
Eleva por todos ellos tu oración de intercesión; la Biblia le atribuye un gran poder. Quizás algún día te sorprenda la fuerza que tuvo para la renovación del mundo.