¿Cómo saber si Dios nos llama a la vocación religiosa? ¿Qué pasos hay que seguir para discernir y confirmar nuestra vocación? ¿Qué dificultades y alegrías podemos encontrar en el camino? Estas son algunas de las preguntas que intentaremos responder en este artículo, con la ayuda de testimonios y consejos de expertos.
¿Qué es la vocación?
Es importante entender qué es la vocación en general. Según el Catecismo de la Iglesia Católica, la vocación es la llamada de Dios a cada persona para que realice su proyecto único e irrepetible, pensado desde toda la eternidad.
Dios nos ha creado por amor y nos ha llamado también al amor, que es la vocación fundamental e innata de todo ser humano, porque el hombre fue creado a semejanza de Dios, que es amor. Desde nuestro nacimiento, cada persona está destinada a la bienaventuranza eterna, el Cielo.
La vocación explica y fundamenta la comunión con Dios y con los demás hombres. La Iglesia es el lugar donde se realiza la vocación cristiana, que consiste en seguir a Jesucristo, el único camino que conduce al Padre. La vocación cristiana se recibe en el bautismo, que nos hace hijos de Dios y miembros del Cuerpo místico de Cristo, que es la Iglesia. Este sacramento nos introduce en el misterio pascual de Cristo, que implica morir al pecado y resucitar a una vida nueva; también nos confiere una misión específica dentro de la Iglesia y del mundo, según los dones y carismas que el Espíritu Santo reparte a cada uno.
¿Qué es la vocación religiosa?
La vocación religiosa es una forma particular de vivir la vocación cristiana que implica seguir más radicalmente a Cristo mediante los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Estos consejos no son mandamientos ni prohibiciones, sino medios para imitar más perfectamente a Cristo y para amar más libremente a Dios y al prójimo. Los consejos evangélicos ayudan a purificar el corazón de los apegos terrenos y a disponerse más plenamente a la voluntad de Dios.
La vocación religiosa se concreta en una familia espiritual o instituto religioso, que tiene una espiritualidad, misión y estilo propios dentro de la Iglesia. Los institutos religiosos pueden ser masculinos o femeninos, clericales o laicales, contemplativos o activos, según su carisma fundacional. Estos profesan los votos públicos de pobreza, castidad y obediencia, y viven en comunidad fraterna bajo una regla común.
La vocación religiosa es un don gratuito e inmerecido de Dios que no depende de nuestras cualidades o méritos humanos. Es una iniciativa divina que busca nuestra colaboración humana y una propuesta amorosa que respeta nuestra libertad. Es una aventura apasionante que exige nuestra entrega total.
¿Cómo saber si Dios me llama a la vida religiosa?
No hay una fórmula mágica ni una señal infalible para descubrir nuestra vocación. Cada persona tiene una historia única con Dios, que se va revelando poco a poco en los acontecimientos cotidianos. Sin embargo, hay algunos elementos comunes que pueden ayudarnos a discernir si Dios nos llama a la vida religiosa:
1Oración
Es el medio fundamental para entrar en contacto con Dios, escuchar su voz y dialogar con Él. La oración nos ayuda a conocer mejor a Dios y a nosotros mismos, a purificar nuestras intenciones y a discernir los signos de su voluntad. La oración debe ser constante, sincera y confiada, y debe estar alimentada por la Palabra de Dios y la Eucaristía.
2Acompañamiento espiritual
Es el recurso humano que nos ayuda a orientar nuestra vida según el Espíritu de Dios. El acompañante espiritual es una persona madura, experimentada y formada en la fe que escucha, aconseja y anima en el camino vocacional. El acompañante espiritual debe ser elegido libremente, con criterios objetivos, y debe ser consultado con frecuencia y sinceridad.
3Vida cristiana
Es el contexto natural donde se manifiesta y se verifica nuestra vocación. La vida cristiana implica participar activamente en la vida de la Iglesia -especialmente en la liturgia y los sacramentos- y comprometerse con el servicio a los demás, especialmente a los más pobres y necesitados. La vida cristiana también implica cultivar las virtudes humanas y cristianas, como la humildad, generosidad, pureza y obediencia.
4conocimiento de la vida religiosa
Es el medio específico para conocer mejor la vocación religiosa y sus exigencias. El conocimiento de la vida religiosa implica informarse sobre los distintos institutos religiosos que existen en la Iglesia, sus carismas, obras y testimonios. También implica entrar en contacto con algunas comunidades o personas religiosas que nos puedan orientar o invitar a participar en alguna experiencia.
La vocación religiosa es la paz interior. Si sientes que tu vocación te llena de alegría y esperanza, que te da sentido y plenitud a tu vida, que te hace sentir libre, realizado y en armonía contigo mismo, con Dios y con los demás, entonces puede ser que Dios te esté llamando a vivir tu vocación con confianza y entrega.
La paz interior no significa ausencia de dificultades o dudas, sino certeza de estar haciendo lo que Dios quiere para ti. Como dice el Papa Francisco:
La paz del corazón es el indicador más claro para reconocer una vocación” .
No tengas miedo de abrir tu corazón al llamado de Dios. Él tiene un plan maravilloso para ti, y solo quiere tu felicidad. Recuerda las palabras del salmista: "El Señor es mi pastor, nada me falta" (Sal 23,1).