Al caer la noche, nuestro cuerpo comienza a prepararse para descansar; de tal forma que podemos crear hábitos que nos ayuden a descansar plenamente y prepararnos para iniciar con propósito el día siguiente.
San Ignacio de Loyola compartió un ejercicio que ayuda a que seamos conscientes de nuestra vida interior y así forjemos nuestro carácter, y con ello, crezcamos en virtud, poniendo en práctica lo que nombró como: Examen de Conciencia Diario, también conocido por algunos como "El Balance del Amor".
Dedicar estos minutos al anochecer es una gran herramienta que no puede faltar antes de irnos a la cama, pues en muchas ocasiones preferimos pasar tiempo en nuestro smartphone, ya sea viendo tiktoks o respondiendo mensajes, sin dedicar un espacio de concentración antes de cerrar nuestros ojos.
Hacer el "Balance del Amor" consiste en reflexionar cuánto amamos durante ese día, aplicando estos sencillos pasos que nos ofrece este santo jesuita:
1Agradece por el día vivido
Desde lo que aprendiste, hasta lo que recibiste; incluso agradece por los retos que te hicieron crecer y superarte.
En este punto también es bueno tener una pequeña gratificación con nosotros mismos cuando logramos alcanzar alguno de los objetivos por los cuales hemos trabajado.
2Repasa tu día
Desde que amaneciste, hasta llegar al anochecer, trayendo a tu mente y corazón lo bueno y lo malo. Aquí puedes preguntarte:
-¿Cómo traté a mi familia, amigos o compañeros hoy?
- ¿Alcancé mis propósitos del día?
- ¿En qué situaciones fallé o no actué de forma correcta?
3Perdona
Después de haber sido consciente de cómo estuvo tu día, perdónate a ti mismo por las veces en las que quizás no cumpliste tus metas o sentiste que caíste y necesitas empezar de nuevo. Perdonando también a aquellos que quizá te hicieron pasar algún momento desagradable.
4Fíjate un propósito para el día siguiente
Es decir, ¿qué harás mañana para mejorar aquello en lo que fallaste hoy? Pues dice el P. Tomás Morales que "nunca hay que cansarse de estar empezando siempre".
Beneficios
La maestra Tere García Barba, laica consagrada en la Cruzada-Milicia de Santa María, quien realiza diariamente este acto de reflexión, contó para Aleteia algunos de los beneficios que el Examen Diario ha traído a su vida:
"Hacer diariamente el balance del amor antes de dormir, para mí, es fuente de paz y de mayor unión con Dios al poder caer en cuenta de todos los beneficios que Él me regala cada día y agradecerle por todos ellos.
Además, es un impulso al ver que, poco a poco, su gracia me va ayudando a ser mejor, y sobre todo me permite identificar en qué voy teniendo mayor debilidad, pedir a Jesús su ayuda y proponerme, cara a Él y con su gracia, mejorar en algo concreto al día siguiente".
No olvides que cada día es una gran oportunidad para seguir conociendo nuestras virtudes y defectos predominantes de la mano de Dios, para que así podamos aspirar a ser la mejor versión de nosotros mismos.