La familia es la primera comunidad a la que pertenecemos. Es el lugar donde, la mayoría de las veces, aprendemos la fe y recibimos la formación cristiana que nos acompañará el resto de nuestras vidas.
San Josemaría Escrivá de Balaguer, el santo de lo ordinario, sabía que el principal responsable de la formación es el padre de familia; sabía que el llamado al matrimonio es el llamado a la santificación en conjunto; y que, poniendo amor y haciendo lo que nos corresponde con excelencia, santificamos nuestra alma.
Por ello, Aleteia reunió tres enseñanzas que este gran santo dejó a la Iglesia católica sobre la familia.