El Papa Francisco "ha recibido con profunda tristeza la noticia de la pérdida de vidas humanas y los daños causados por el terremoto en la prefectura de Ishikawa", declaró el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, en un telegrama publicado el 2 de enero de 2024, al día siguiente de que una serie de sismos afectaran a Japón.
El Año Nuevo comenzó en Japón con un fuerte terremoto de 7,6 grados en la escala de Richter frente a las costas del archipiélago, que causó al menos 48 muertos, decenas de heridos y cuantiosos daños en las infraestructuras de varias prefecturas del país.
Sin embargo, las estrictas normas antisísmicas y las alertas de evacuación vigentes en el archipiélago, reforzadas desde el tsunami que mató a casi 16 mil personas el 11 de marzo de 2011, hicieron que esta vez la magnitud de la catástrofe y la pérdida de vidas humanas fueran limitadas.
En el telegrama distribuido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Papa Francisco asegura a todos los afectados por la catástrofe su solidaridad y "cercanía espiritual". Reza especialmente por los difuntos, por los que lloran su pérdida y por el rescate de todos los que siguen desaparecidos".
Envía "su aliento a las autoridades civiles y al personal de emergencia que están acudiendo en ayuda de las víctimas de esta tragedia, e invoca de buen grado sobre todos las bendiciones divinas de consuelo y fortaleza".
El Papa Francisco, que soñaba con ser misionero en Japón cuando era un joven jesuita, realizó un viaje apostólico al archipiélago del 23 al 26 de noviembre de 2019.