La soltería es una etapa hermosa si es bien vivida y encomendada a los planes de Dios. Es el momento especial para descubrir el plan perfecto que Él tiene para cada uno de sus hijos. Sin embargo, por diferentes motivos, durante este tiempo podemos caer en una gran preocupación a causa de las mentiras más comunes que el demonio nos hace creer. Aleteia reunió los siete engaños más comunes para motivarte a enfrentarte a ellos.
1Me rechazarán cuando me "abra"
El riesgo de ser rechazado siempre está ahí; pero hay algo mucho peor: el hecho de entablar una relación con una persona que asume, de antemano, que no serás capaz de abrirte. Si no estás dispuesto a afrontar esta mentira, experimentarás más rechazo que si "lo afrontas".
La persona que conecta contigo probablemente quiere conocer tu verdadero yo. Si te concede amor verdadero, éste no acabará abruptamente cuando descubra que tienes tus propias debilidades, traumas infantiles o que escondes otros secretos o heridas que preferirías no sacar nunca a la luz.
2No soy atractivo
Es muy posible que no todas las personas del mundo te encuentren atractivo. Sin embargo, el hecho innegable es que no hay ninguna persona en el mundo que guste a todo el mundo. Todos hemos sido creados por Dios de una forma única: todos tenemos rasgos de personalidad o faciales diferentes.
Cuanto más creas que eres una persona atractiva, más te verán como tal los demás. Aprende a quererte a ti mismo en lugar de esperar a que alguien te diga lo que vales. Cree que para tu(s) elegido(s) serás el ser más atractivo del universo. Da igual que tengas tres kilos de más o de menos.
3No soy lo suficientemente bueno para que alguien me ame
Si hay aspectos de tu vida en los que crees que tienes que ganarte el amor de la otra persona, aclara ese pensamiento cuanto antes. ¡Eres digno de ser amado! Estás hecho de amor y para el amor. En primer lugar, no puedes ganártelo con nada y, en segundo lugar, no tienes por qué hacerlo. Hace dos mil años, alguien hizo algo increíble por amor a ti. Es seguro decir que hay Alguien que está loco de amor por ti y es Jesús.
4El matrimonio supone el fin de la libertad
El matrimonio fue creado por Dios, ¡y Él no comete errores! El creciente número de divorcios y matrimonios fracasados entre amigos puede asustar a la gente a la hora de casarse. Sin embargo, la verdad es que no es el matrimonio en sí lo que arruina nuestras vidas, sino que nosotros somos responsables de él. Cada acto que hacemos tiene consecuencias, buenas o malas.
Dios nos da toda una serie de herramientas para crecer en el matrimonio y ser más felices cada día. Sin embargo, depende de nosotros utilizarlas o buscar hacer las cosas a nuestra manera; y a menudo esto último dura hasta la primera gran tormenta (crisis).
5Para qué trabajar en uno mismo si nada cambia
Que no veamos los resultados de nuestro trabajo de inmediato y que no sean espectaculares, no significa que no estén ahí o que no vayan a estar. Cualquier trabajo en las áreas de las propias debilidades, defectos y trascendencia da buenos frutos, solo que hay que esperar un tiempo para ello.
El mundo de hoy es apresurado, todo se sirve rápido y preferiblemente para ayer; sin embargo, esto no funciona en el caso del trabajo sobre uno mismo. Hay que esperar un tiempo para ver los resultados, y también debes tomar esto como una lección para practicar una hermosa virtud que probablemente será útil en tu relación matrimonial, y es la paciencia.
6No te involucres demasiado
En una sociedad en la que uno puede quedar y conocerse "online" o tener una relación pero fingir ante los demás que se trata de algo poco serio, es muy fácil evitar el compromiso. Se puede aprovechar para saltar de flor en flor con cualquier pretexto.
Este compromiso, al que tanto tememos, ¡es hermoso! Conlleva responsabilidad por la otra persona y hace que la relación "cobre profundidad". Si quieres entablar una relación seria, comprométete: ahora es el mejor momento para ponerlo en práctica.
7Mi matrimonio no será bendecido
He cometido tantos errores en mi vida que no soy apto para ser un buen cónyuge, y ciertamente Dios no bendecirá mi matrimonio. Esta es una gran mentira que el maligno trata de imponernos.
Dios es un redentor misericordioso y no hay tal cosa que Él no perdone y sane. Tal vez estás repitiendo los mismos errores una y otra vez, volviendo a los mismos pecados y, debido a esto, sientes que no merece tener un matrimonio agradable a Dios. No hay nada que puedas hacer para que la gracia de Dios se retire. Él es fiel y todo lo que necesitamos para permanecer en su gracia es nuestro consentimiento a ella.
Querido lector, hazte un gran favor y trata internamente con estas mentiras y empieza a creer en ti mismo y en tu belleza. Puede que requieras una práctica regular, pero la calidad de tu futuro matrimonio depende de cómo vivas tu tiempo a solas y de lo que aportes a la relación con tu futuro cónyuge.