San Pablo, en su carta a los Tesalonicenses, reta a los cristianos a "alegrarse siempre. Oren sin cesar. Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con ustedes en Cristo Jesús" (1 Tesalonicenses 5,16-18).
A lo largo de los siglos ha habido diversas reacciones a este desafío, como la Liturgia de las Horas y la Oración de Jesús.
Sin embargo, hay una manera aún más fácil de orar sin cesar que apenas requiere memorización y no necesita ningún libro de oraciones.
Jesús
El Catecismo de la Iglesia Católica explica la manera más sencilla de orar sin cesar en su sección sobre la oración:
"La invocación del santo nombre de Jesús es el modo más sencillo de orar siempre. Cuando el santo nombre es repetido a menudo por un corazón humildemente atento, la oración no se pierde amontonando frases vacías, sino que se aferra a la palabra y "da fruto con paciencia". Esta oración es posible "en todo tiempo", porque no es una ocupación entre otras, sino la única ocupación: la de amar a Dios, que anima y transfigura toda acción en Cristo Jesús".
Todo lo que necesitas hacer es decir el nombre "Jesús" con oración y amor.
No se requieren fórmulas complicadas, horarios específicos o libros de oraciones para consultar. Intenta rezar el nombre de Jesús durante el resto del día y ¡verás lo que ocurre!