El Papa Francisco, aficionado a las sorpresas, hizo otra de sus famosas llamadas telefónicas sorpresa a principios de febrero. El sábado 3 de febrero, cogió el teléfono para ponerse en contacto con la hermana Paësie, una misionera francesa que no escatima esfuerzos para ayudar a los niños de la calle de Puerto Príncipe (Haití).
Quería sorprenderla expresándole su apoyo e interés por su misión de ayudar a los dos mil 500 niños a su cargo. "Cuando sonó mi teléfono, obviamente no esperaba en absoluto que me llamara el Santo Padre", declaró a Vatican News:
Me envió un mensaje de ánimo y me dio las gracias por estar ahí para los niños. Me aseguró sus oraciones. Eso me conmovió mucho. Lo que más me impresionó durante esa llamada fue la voz del Santo Padre. Sentí una gran dulzura y bondad.
Obviamente, lo compartí con mi comunidad, mi equipo y algunos de los niños. Aportó alegría y esperanza a muchas otras personas, porque este llamamiento no era solo para mí; era realmente un gesto hacia los niños y las personas más pobres de Haití.
Misionera en Haití desde hace más de 20 años
La hermana Paësie es misionera en Haití desde hace más de 20 años. En 2017, fundó la familia Kizito, una comunidad que se ocupa de los niños de los barrios marginales. Supervisa su educación, ya sea a través de la escuela, la catequesis o las actividades de ocio.
Aleteia la conoció durante su visita a París en octubre de 2022. "Vivimos al día. Se nota hasta en la forma de rezar de los niños a los que enseñamos", explica. "Dan gracias a Dios por haberles dado un día más y por poder volver a casa sanos y salvos".
Acabo de llamar...
Padres en duelo, gente sencilla que se enfrenta a las vicisitudes de la vida cotidiana o jefes de Estado: muchos han recibido muestras de la atención personal del Papa Francisco en los últimos 10 años. Las llamadas de Francisco suelen sorprender por completo a sus interlocutores.
Tanto si responde él mismo a su correspondencia con tarjetas manuscritas, como si coge espontáneamente el teléfono, desde su elección en 2013 el Papa argentino se ha hecho cercano tanto a la gente más común como a quienes ocupan puestos de gran poder, aunque ello suponga saltarse los canales oficiales de la diplomacia.