El ser humano no puede vivir sin luz. En esta época en la que nos ha tocado vivir, resulta inconcebible imaginarnos sin iluminación eléctrica porque todo nuestro entorno y actividades dependen de ella. Pero anteriormente, alumbrarse con un cirio era la solución para nuestros antepasados.
Asimismo, la vida espiritual requiere de luz, por eso la liturgia y los sacramentos le dan un lugar preponderante, y el uso de los cirios entrañan un profundo significado.
La luz en los sacramentos
En el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía se realiza un rito que incluye una vela o cirio que es encendido por los padrinos de la persona a la que se le conferirá el sacramento, comúnmente cuando se hace la profesión de fe.
El Catecismo de la Iglesia católica dice sobre la luz en el Bautismo:
La Luz que alumbra nuestro camino en la fe
Durante la Vigilia Pascual -que se celebra el Sábado Santo- se realiza la ceremonia del Fuego Nuevo, que simboliza a Jesucristo, luz del mundo; por ello, cuando el sacerdote enciende el Cirio Pascual en la lumbre bendita, lo eleva sobre su cabeza cantando:
¡Cristo, luz del mundo!
Y los fieles responden:
¡Demos gracias a Dios!
En esa noche santa, los asistentes pueden encender sus propios cirios con el fuego del Cirio Pascual para que éstos queden benditos; de esta manera, la familia tendrá en casa la luz de Cristo.
¿Cuándo encender esas velas y cirios?
Es recomendable guardar las velas o cirios del Bautismo, y, de ser posible, usarlas en la Confirmación y Primera Comunión. Además, pueden encenderse en el momento de recibir la Unción de Enfermos, pues hay que recordar que están benditos y que iluminarán el camino de la persona que pronto se encontrará con el Señor.
De igual manera, un cirio encendido en la lumbre del Cirio Pascual la noche de Resurrección puede ser usado cuando se reza el rosario, en momentos de temor o incertidumbre, cuando requerimos de la ayuda de Dios y de los santos, cuando azota algún fenómeno meteorológico o, sencillamente, cuando tenemos alguna intención especial y requerimos auxilio celestial.
Pedir la luz al Señor en todos los momentos de nuestra vida nos ayudará a tomar mejores decisiones.