"La resurrección de Jesús no es solo una noticia maravillosa o el final feliz de una historia, sino algo que cambia nuestra vida por completo y para siempre", dijo el Papa Francisco durante la oración mariana del Regina Caeli recitada el lunes de Pascua, 1 de abril de 2024.
Desde la ventana del Palacio Apostólico, que da a la Plaza de San Pedro, el Papa pronunció una catequesis sobre la alegría que genera la Resurrección de Jesús, celebrada en Pascua, según la fe católica. "La alegría aumenta cuando se comparte", dijo el Pontífice argentino.
La resurrección de Jesús, explicó Francisco, es "la victoria de la vida sobre la muerte, […] de la esperanza sobre el desaliento". Y añadió:
"Con Jesús, cada día se convierte en una etapa de un camino eterno, cada 'hoy' puede esperar un 'mañana', cada final un nuevo comienzo, cada momento se proyecta más allá de los límites del tiempo, hacia la eternidad".
Para el jefe de la Iglesia católica, "la alegría de la resurrección no es algo lejano". Está "muy cerca, es nuestra, porque nos fue dada el día de nuestro bautismo", declaró.
El don de la paz para un mundo en guerra
Tras rezar el Regina Caeli, Laetare -Alégrate, Reina del Cielo- que tradicionalmente recitan los católicos durante la liturgia pascual, Francisco agradeció los "mensajes de cercanía y oración" que le han enviado en los últimos días.
El Papa deseó que "el don de la paz del Señor resucitado" llegue a todos, especialmente "donde más se necesita, a las personas agotadas por la guerra, por el hambre, por toda forma de opresión".
La víspera, en su mensaje de Pascua, durante la bendición Urbi et Orbi -a la Ciudad y al mundo-, el Pontífice argentino lanzó llamamientos a la reconciliación para Ucrania y Rusia, Tierra Santa, Siria, Líbano, los Balcanes y el Cáucaso. También pidió una acción más enérgica contra la trata de seres humanos y por la protección de la vida.