Dios, a través de su palabra, nos recuerda que la confesión es un regalo del Espíritu Santo. El Evangelio de san Juan nos lo deja en claro:
Y habiendo dicho esto, sopló y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo. A quienes ustedes perdonen los pecados, les serán perdonados; y a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados» (Jn 20, 22-23).
Enamórate de la confesión
Recordemos que, a través de la gracia de la confesión podemos reconocer nuestros pecados ante Dios y ante nosotros mismos; y a través del sacerdote, además de ser escuchados y recibir dirección, somos perdonados por Dios.
No lo pienses más, y acércate a un confesionario. Aquí tienes nueve consejos de santos que te ayudarán a descubrir el gran regalo que recibimos en cada confesión: