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Pablo Oriol, el ginecólogo que ayudaba a las mujeres a ser madres

médico provida
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Patricia Navas - publicado el 17/04/24
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Conoce la historia de un médico católico de Barcelona que siempre defendió la vida y la dignidad humana

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Ya hace casi 6 años que Pablo Oriol Roca murió de repente en su consulta de la Clínica Corachán de Barcelona mientras ejercía la profesión de ginecólogo que tanto le apasionaba.

Pacientes, compañeros, muchísimos amigos y sobre todo su familia le recuerdan con un cariño y un agradecimiento inmenso. 

Algunos, convencidos de que está en el cielo disfrutando de la plenitud, le hablan y le piden cosas. 

No son pocas las embarazadas que en un momento difícil de sus vidas se habían planteado abortar y ahora deben al doctor Oriol el regalo de disfrutar de la maternidad junto a sus hijos.

Él siempre apostó por la vida y por la salud -la de las madres y la de los hijos por nacer-, incluso atendiendo de manera gratuita a embarazadas necesitadas. 

Las atendía con cariño, las animaba, les hacía una ecografía y se la comentaba con su característico sentido del humor, desdramatizando y animando.

“A ver… ¡es chica! ¿Cómo se va a llamar? ¿Montserrat?”, bromeaba mientras movía el transductor por la barriga. “Y las que habían entrado en la consulta con preocupación y tensión se reían y salían muy contentas”, recuerda su hermana Maite.

También ayudó a mujeres con problemas de infertilidad. Como Jordina Fabrés, que recuerda la plena colaboración de Pablo con la doctora María Victoria Mena para introducir la naprotecnología en Cataluña.

“Él me hacía en Barcelona todas las pruebas que después la doctora analizaba en Zaragoza -explica-. Se quedó muy parado cuando le mostré los análisis que indicaban que había logrado quedarme embarazada”.

Ginecólogo provida

Pablo Oriol Roca nació en Barcelona (España) el 22 de octubre de 1963 en una familia de 13 hermanos. Siempre fue muy simpático, deportista, acogedor. Estudió Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona. Estudiaba a conciencia, ampliaba su formación leyendo libros de todo tipo.

Siempre trabajó de médico adjunto del Servicio de Ginecología del Hospital de Sant Pau defendiendo la vida humana y su dignidad con valentía y con respeto. 

Por las tardes atendía en cuerpo y alma a sus numerosas pacientes en su consulta privada de la Clínica Corachán.

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El 29 de julio de 1988 se casó con Montse Rocabert. Después de un tiempo, tuvieron tres hijos. 

Con muchísimos amigos y familiares, compartía salidas en bicicleta por la montaña, viajes, comidas,… Él solía animar los encuentros con su gracia y su cariño por todos.

Su generosidad le llevaba a colaborar en varios voluntariados y ayudas puntuales que le pedían allá donde se encontraba.

Sobre roca

Su fuerza estaba en su fe católica. Era supernumerario del Opus Dei, rezaba mucho, se formaba, meditaba… 

Como responsable del equipo de ginecólogos de la Asociación de Médicos Cristianos de Cataluña, organizaba encuentros para promover el respeto de la dignidad humana en esta especialidad.

médico provida

Su amigo Joan Carles Raitieri a veces iba con él a Misa por las mañanas y recuerda que siempre compartía algo de su dinero con un pobre que pedía limosna a la puerta de la iglesia.

“Le gustaba dar, le importaba esa persona, la miraba a los ojos, conocía su nombre y sus problemas de salud y de otro tipo”, recuerda agradecido.

El 10 de mayo de 2018, Pablo murió repentinamente. Su funeral fue multitudinario, los asistentes no cabían en la gran iglesia de santa Inés de Barcelona y tuvo que cerrarse la calle al tráfico.

Un mes después, sus compañeros del San Pablo organizaron una Misa en la capilla del hospital. 

Aunque no compartían sus principios ni su fe, se sentían como una familia y quisieron unirse en una celebración religiosa porque sabían que es lo que a él le habría gustado.

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