El tumor cerebral, localizado en la hipófisis y el nervio óptico, sigue ahí, pero Alban no pierde la esperanza. Se describe simplemente como "en manos de Dios". El coraje y la confianza en Dios de este joven estudiante de ingeniería aeronáutica son realmente admirables.
En 2016, a la edad de 16 años y aquejado de terribles migrañas, los médicos le diagnosticaron un tumor cerebral. Comenzaba así para Alban un largo y arduo periplo médico: cinco operaciones entre 2016 y 2023, incluida la extirpación de la hipófisis, semanas de hospitalización, un fuerte tratamiento farmacológico y radioterapia… Un calvario muy duro, pero que no le impidió aprobar el bachillerato y continuar sus estudios, y -sobre todo- una experiencia que no apagó su inquebrantable fe en Dios.
Una fe que no deja de crecer en la batalla espiritual, y que se fortaleció cuando, en 2019, descubrió la vida de Carlo Acutis, un joven beato italiano que nació el 3 de mayo de 1991 y murió a los 15 años a causa de una leucemia fulminante.
Gracias físicas
Alban llevaba tres años luchando contra un tumor cuando se topó con la existencia de Carlo Acutis en un cartel de su parroquia, en París.
"Carlo me conmovió muy pronto por su sencillez, su fe, su adoración de la Eucaristía, pero también por su actualidad. Sus palabras sencillas arrojaron nueva luz sobre los misterios de la fe para mí", dice Alban.
En dos ocasiones, en momentos decisivos de su lucha contra la enfermedad, Alban rezó y compartió con sus allegados (y con los no tan allegados) una novena a Carlo Acutis. La primera vez fue en 2019, antes de una operación programada para extirpar un quiste. Al final, el quiste se redujo y la operación se canceló. Alban invocó entonces por segunda vez a Carlo Acutis mediante una novena cuando el tumor, hasta entonces benigno, mutó y se convirtió en canceroso, en 2020.
Desde entonces, improbablemente, la parte carnosa del tumor no ha vuelto a crecer. Un hecho insólito. "Sin duda, Carlo ha intercedido por mí, tanto física como espiritualmente", dice Alban, sin llegar a calificarlo de milagro. Su batalla no ha terminado. Los quistes que aún persisten hacen pensar que podría ser necesaria una operación.
Gracias espirituales
Para Alban, la intercesión del beato italiano no se detuvo en las gracias físicas. También le colmó de gracias de carácter espiritual que transformaron el corazón del joven.
"La primera gracia espiritual fue pedir el amor a la Eucaristía. Fue Carlo quien me hizo comprender que la Eucaristía es realmente Jesús, y quien me empujó a pedir al Señor este amor por Jesús en la Hostia", cuenta.
Mientras estuvo hospitalizado durante 40 días en 2020, Alban pidió comulgar todos los días. "Fue un apoyo increíble, pero creíble porque era Jesús", dice. A partir de ese momento, Alban comenzó un viaje espiritual que le llevó a desear la Misa diaria con todo su corazón.
La llamada de Carlo a amar el Cuerpo y la Sangre de Cristo es una llamada a la adoración"
"La espiritualidad de Carlo está ligada a las apariciones de Jesús a Sofía Prouvier en Besançon", señala Alban. "Cristo mostró a esta mujer su Corazón eucarístico, que nos pide amarle cada vez más, sintiéndonos abandonados en los sagrarios. Este Corazón que nos dio la Sagrada Eucaristía. La llamada urgente de Carlo a amar el Cuerpo y la Sangre de Cristo es una verdadera llamada del Cielo a una conversión interior en cada uno, una llamada a la adoración, a ir a visitar a Jesús en sus iglesias."
Custodio de una reliquia de Carlo Acutis
Por un "golpe de la Providencia", como le gusta decir a Alban, ahora es el afortunado custodio de una reliquia de Carlo Acutis -cabello cosido en forma de estrella- que le confió Antonia Salzano, la madre de Carlo Acutis, a través de un amigo que conoció en el Congreso de la Misión de Besançon. Fue un regalo que cambió su forma de ver las reliquias. "Dios deja pasar las gracias a través de las reliquias. En ese sentido, Carlo es un catalizador del amor de Dios por mí", afirma.
Para mí, Carlo es un catalizador del amor de Dios"
Cuando testifica, Alban lleva consigo el relicario que hizo su padre, ebanista. "Llevo a Carlo conmigo para que interceda", dice. Gracias más o menos visibles, pero que llevan a quien lo desea a creer y a santificarse, o al menos, como Alban, a intentar dejar siempre más espacio a Dios en su vida. Este es precisamente el camino hacia la santidad que proponía Carlo Acutis cuando decía: "La santificación no es un proceso de suma, sino de resta: menos 'yo' para dejar espacio a Dios".