Probablemente muchos espectadores recuerdan ese momento de “Náufrago” en el que Chuck (Tom Hanks) pierde a su ‘amigo’ Wilson. El tal Wilson era solo una pelota de voleibol a la que había pintado una cara para personalizarla y departir con ella como método de paliar la soledad de la isla. En soledad no es difícil que uno se construya personajes con los que hablar. Conocí a un hombre soltero en mi tierra, hoy ya fallecido, que me contaba que en Nochebuena solía colocar un espejo ante la mesa para duplicar su imagen y que así pareciera que no cenaba solo. En Spaceman, titulada en España como El astronauta, no sabemos si la criatura con la que Jakub (Adam Sandler) conversa es real o proviene de su imaginación, agotado su cerebro tras tantos meses en soledad… y viajando por el espacio en busca de una nube púrpura de Júpiter.
Partiendo de la novela de Jaroslav Kalfař El astronauta de Bohemia, publicada por Tusquets, el cineasta Johan Renck (director de la valiosa miniserie Chernobyl) ha rodado una película que se parece a otras cintas en las que se da más importancia al paisaje interior, y a lo que sufren sus héroes, que al paisaje exterior formado por la galaxia que atraviesan: podemos citar aquí Gravity, Ad Astra, el Solaris de Steven Soderbergh o incluso La fuente de la vida. Son filmes que suelen detestar muchos espectadores porque dicen que se aburren por su desarrollo lento. Pero ese desarrollo lento, al que suele contribuir una música hipnótica (en el caso de Spaceman, Max Richter ofrece uno de los mejores scores del año), es fundamental para que entendamos las transformaciones espirituales de sus protagonistas y el calvario interior que atraviesan.
Jakub Procházka, el astronauta del título, lleva viajando unos seis meses por el espacio y está a punto de alcanzar su objetivo: las nubes de Júpiter, donde deberá recoger muestras para desentrañar sus misterios. Ahí atraviesa un momento crítico: le cuesta conciliar el sueño, la soledad le pesa como una losa y no tiene noticias de su mujer, Lenka (Carey Mulligan), quien le espera en la Tierra, sola y embarazada.
Lo que ocurre a sus espaldas es que Lenka ha decidido romper la relación, harta de ser la esposa de un hombre que nunca estuvo en los pasajes críticos de su vida (como cuando perdió a su primer hijo en un aborto involuntario), y ahora tiene miedo al desarrollo del parto y no quiere añorar a un marido que está a miles de kilómetros de casa; Lenka envía un mensaje de ruptura que los altos mandos ocultan a Jakub, pues saben que atraviesa una fase de salud mental delicada.
Miedo y esperanza. Fe y expiación
Entonces a Jakub se le aparece, en la nave, un alienígena con forma de araña gigante, Hanus (con voz del actor Paul Dano). No quiere hacerle daño, sino aliviar su soledad y analizar sus problemas maritales. ¿La araña existe o es fruto de su imaginación atormentada y víctima del sueño? Seguramente lo segundo, aunque el director se las arregla para que esto quede en un plano ambiguo.
Hanus suelta algunas de las mejores frases del filme: “Todo lo que comienza debe terminar. Incluso el propio universo”, “Tu especie carga con una gran culpa”, “¿Cómo no pudiste entender que ella un día perdería la fe en ti?”, “Todo es permanente. Y a la vez nada lo es”… Cuando Jakub confiesa su miedo, hacia al final de la misión, Hanus responde que sabe que también tiene esperanza por él y por Lenka: “Ésa es la sabiduría de tu tribu”.
La araña también le informa: lo que van a encontrar en el interior de esa nube es El Origen. El Principio de Todo. Algo que no deben temer, pues se trata de un repositorio, es decir un lugar de almacenaje. Ese Origen contiene las vibraciones del tiempo. Hanus lee los recuerdos de Jakub para desentrañar sus angustias. Su infancia es oscura, con un padre que cometió errores, y una culpa con la que carga el hijo. Hanus dice: “Crees que esta gran misión expiará los pecados de tu padre”.
El viajero sabe que fue un milagro conocer a Lenka, sin embargo, siempre se ha mantenido lejos de ella. Jakub debe analizarse a sí mismo, averiguar qué es lo que necesita. ¿Dónde está el regalo: en las partículas que provienen del Origen o en el Principio de vida que Lenka va a alumbrar?
Hay una escena en la que Jakub intenta atrapar una partícula del Principio. No lo consigue, no se deja coger, como si fuera un fantasma o un sueño. Más tarde, ve la imagen congelada de su mujer en la pantalla. Coloca la mano delante del proyector para que parezca que sus dedos contienen a Lenka. Pero es imposible. Entiende entonces, sólo con miradas, que, igual que no se puede atrapar el Origen, tampoco podemos atrapar el recuerdo ni la imagen.
Spaceman es otro gran trabajo de Adam Sandler como actor dramático. Su carrera se va fortaleciendo entre la comedia absurda y el drama sólido. En el reparto, un trío de actrices admirables: Lena Olin, Carey Mulligan e Isabella Rossellini. Quienes tengan paciencia para las películas de desarrollo lento y tono espiritual disfrutarán sin duda de este viaje de tensiones entre el miedo y la esperanza, la fe y la expiación.