Se han acabado las grandes fiestas, el tiempo pascual, pero seguimos necesitando la fuerza del Espíritu Santo cada día durante la rutina. Lo explica a Aleteia el asesor espiritual de la Renovación Carismática Católica en España, el padre Eduardo Toraño López.
Y para conseguir esa fuerza y hacer maravillosa la rutina, el sacerdote ofrece estas sugerencias que son como soplos espirituales que oxigenan tu vida cotidiana:
1Conectar con Dios
Desde el inicio del día, busca la sintonía con el Espíritu Santo, que es quien nos permite relacionarnos con Cristo y con el Padre.
“Al levantarte, ser consciente de que Dios te concede un día nuevo para poder vivir en Él y estar abierto a los regalos que te quiere ofrecer cada día”, invita el Padre Eduardo.
2Oración personal
Favorece, en tu vida, la experiencia de relación de intimidad con Dios a través de una oración que te conecte con Él.
“Más importante que el método o tipo de oración es que te conecte con Él, para poder vivir cada día la vida de Cristo y la vida en el Espíritu”, explica el sacerdote.
3Seguir invocando al Espíritu Santo
“Al retomar el tiempo ordinario tras la solemnidad de Pentecostés, necesitamos seguir invocando al Espíritu Santo día a día”, afirma el Padre Eduardo.
“No nos cansemos de invocar la luz y la fuerza del Espíritu Santo para que nos ayude a vivir con amor las cosas cotidianas y así hacerlas extraordinarias", invitó el Papa Francisco en una ocasión en que la Iglesia volvía al tiempo ordinario.
Podemos llamar al Espíritu Santo de manera individual o comunitaria. En la Renovación Carismática, esto se hace especialmente en seminarios de vida en el Espíritu, en grupos de oración semanal y en el acompañamiento.
“Hay alabanza, hay escucha a la palabra de Dios y apertura a los carismas para que el Espíritu nos siga hablando”, detalla el sacerdote, profesor en la Universidad San Dámaso.
4 Participar en oraciones comunitarias
Es necesaria la relación: busca momentos de encuentro de oración, sobre todo la Misa, y las relaciones en Dios.
“Es muy importante fomentar alguna amistad espiritual; también ayuda a la vida de fe el acompañamiento espiritual”, dice el Padre Eduardo.
El sacerdote explica que los tiempos litúrgicos son una ayuda pedagógica para la vida cristiana y que en cada uno de ellos se actualiza un hecho de la vida de Cristo.
“¡No bajes la intensidad en el tiempo ordinario -concluye el Padre Eduardo -, la salvación de Cristo se hace presente hoy!”