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Padre FabiánTijuana
El Padre Fabián Arrieta viajó a Lisboa acompañando a un grupo de jóvenes de la arquidiócesis de Tijuana. En la ciudad de Tecate, donde vive, hay experiencias de fe muy bonitas, pero él sentía que participar en la JMJ podía ser una semilla para que esa fe aumentara.
“Compartir el Evangelio y compartir la fe es muy importante, pero se necesita de una experiencia muy fuerte —como estas— para eso. Entonces, yo dejé la posibilidad abierta a que jóvenes vinieran, y vinieron. Se esforzaron, y están aquí”.
Para llegar a Lisboa con su grupo de jóvenes se unieron al grupo de los Oblatos de María Inmaculada, de Tijuana, quienes se encargaron de la organización y la logística. Ellos, por su parte, recolectaron algunos fondos y prepararon el corazón para la Jornada con encuentros espirituales.
El padre Fabián comenta que para estar en Lisboa este grupo de peregrinos se enfrentó al reto de poner su fe en Dios y su Providencia; y no en las fuerzas propias, en lo que uno mismo puede hacer, en el dinero o situaciones ajenas.
“Esos obstáculos se han ido poco a poco integrando en una actitud de comunión, una actitud comunitaria, de cooperar entre todos para poder ir integrándonos, ponernos en manos de Dios y que Él nos asista con su Providencia”.
La JMJ para un sacerdote:
“Es una vivencia de mucha intensidad porque celebras la misa con muchos sacerdotes de todo el mundo. Es tan espontáneo, tan bonito y te sientes tan en casa, tan lleno de Dios. Celebro misa con obispos, cardenales, sacerdotes de todo el mundo y digo ‘¿qué está pasando?’ Esto no es normal, pero es la universalidad de la Iglesia, decimos nosotros. Es decir, Dios es para todos y todos participan de esta gracia de Dios. Donde estemos y como estemos, seguimos siendo cristianos de la Iglesia católica. Y ahí la gracia de Dios actúa”.
“Esto es como un Pentecostés de jóvenes, o sea, una renovación de jóvenes que quiere rehacer, renovar la Iglesia desde fondo y significa, para mi fe, el hecho de renovar un compromiso que yo tengo, que siento que tengo un carisma con los jóvenes, una gracia especial con ellos, y Dios me dice ‘no los sueltes. Eso es muy importante, sigue adelante’”.
Padre Juan PabloGuadalajara
El padre Juan Pablo López Ramos, sacerdote de la arquidiócesis de Guadalajara, también se encuentra en Lisboa después de mucho esfuerzo por conseguir que sus jóvenes vivieran este evento tan especial.
Para él era muy importante que los jóvenes de la pastoral universitaria de Guadalajara estuvieran ahí, conociendo a otros jóvenes, de otras culturas, cuyos corazones también laten de amor por Cristo.
“Algunos jóvenes universitarios o profesionistas, a lo largo de sus estudios y trabajos, se han ido apagando en su fe, se han alejado de la práctica y pueden volver a retomar los sacramentos. Por eso creo que es importante que abran nuevos horizontes y descubran estas nuevas oportunidades de encontrarse con Cristo a través del otro joven”.
Para que este viaje fuera posible el grupo de jóvenes organizó rifas, ventas en las parroquias y otras actividades por el estilo que les permitieron juntar los fondos necesarios.
“Yo les dije, desde un inicio, que a este viaje de la Jornada Mundial viene el que Dios quiere, no el que tiene dinero, no el que tiene tiempo, disposición; sino el que Dios quiere y aquí estamos con la gracia de Dios”.
Sobre la experiencia de vivir la JMJ —que para él es la cuarta ocasión— el padre Juan Pablo, tomando las palabras del Papa Francisco, comentó que “es renovarnos en nuestra fe y en nuestro ministerio. El Papa Francisco ha dicho en repetidas ocasiones que al convivir con los jóvenes se rejuvenece, toma energías. También nosotros, como sacerdotes, nos rejuvenecemos. Volvemos al primer amor, a la ilusión de entregar la juventud, la vida por Cristo en el sacerdocio”.
Este encuentro es una oportunidad de renovación en la fe y en el ministerio. Para mí es una alegría poder estar aquí. Implica sacrificios, dormir a la intemperie, implica muchas renuncias, pero vemos el resultado y la emoción que causa en los jóvenes que sus pastores, los sacerdotes, estemos con ellos. Y por eso, con gran alegría, estamos participando de esta Jornada.