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"Argentina vive una situación de eterna crisis, pero Mama Antula nos invita a poner una nota de santidad en el mundo de hoy", explicó el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, durante un intercambio con periodistas en el Vaticano el 8 de febrero de 2024. María Antonia de Paz y Figueroa (1730-1799), conocida como "Mama Antula", será canonizada el domingo 11 de febrero en una Misa presidida por el Papa Francisco en la basílica de San Pedro, en presencia del nuevo jefe del Estado argentino, Javier Milei. Esta laica consagrada contribuyó a la difusión de los Ejercicios Espirituales en Argentina en las últimas décadas del siglo XVIII.
Mama Antula es una figura popular en Sudamérica, donde contribuyó a mantener viva la espiritualidad de san Ignacio de Loyola a pesar de la expulsión de los jesuitas en 1767 por el Rey de España, cuyo país ejercía entonces el control colonial sobre estos vastos territorios. En el contexto de la segunda mitad del siglo XVIII, Mama Antula recorrió los desiertos de la región de Tucumán, vestida con el hábito negro de los jesuitas.
A veces encontró la hostilidad de la población local, que la acusaba de loca y bruja. Pero perseveró, organizando retiros espirituales inspirados en los Ejercicios de san Ignacio, primero en pequeños pueblos y luego, a partir de 1779, en Buenos Aires, donde el obispo de la época acabó por hacerlos obligatorios para todos los aspirantes a las órdenes sagradas.
Madre de la patria
Más de 70.000 personas pasaron por la casa de ejercicios espirituales que fundó en Buenos Aires durante los últimos veinte años de su vida. Entre ellas, importantes personalidades políticas que más tarde desempeñarían un papel clave en la independencia de Argentina, proclamada en 1810, once años después de su muerte. Este papel indirecto la convirtió en "madre de la patria", según la postuladora de su causa de canonización, Silvia Correale.
No se implicó directamente en política, pero sí prestó "asesoramiento espiritual a las élites, en un clima de cambio que desembocaría en el desprendimiento del Reino de España y la independencia pocos años después de su muerte", explica a I.MEDIA Alberto Germán Bochatey, obispo auxiliar de La Plata y secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina.
El obispo argentino subraya que Mama Antula "ayudó a abrir la mente de la gente, en particular a la emancipación de los esclavos", procurando que los esclavos liberados no acabaran en la calle. "Frente a las dificultades de su tiempo, supo tomar el camino de una Iglesia en salida, como dice a menudo el Papa Francisco, poniéndose en camino para anunciar el Evangelio", añade.
Para monseñor Bochatey, Mama Antula "es un ejemplo de lo que se puede hacer, incluso con pocas estructuras, pero con la convicción de la fe". Espera que su canonización realce el perfil de esta figura relativamente antigua, pero muy moderna para su época, que supo imponerse como mujer frente a las autoridades civiles y eclesiásticas proponiendo un modelo audaz de mestizaje social.
"Quiso llevar a cabo un proyecto social basado en la vida espiritual, no en ideologías políticas, y eso es lo que hace que su obra sea tan actual y rica", explica monseñor Bochatey. Señala que Mama Antula muestra que "la justicia social se basa en el amor al prójimo, porque Jesús dio su vida 'por todos, por todos, por todos', como le gusta recordarnos al Papa Francisco".
Dar a conocer el Evangelio a todas las categorías sociales
"Ella ofrecía los Ejercicios Espirituales a la familia del Virrey y a la aristocracia, así como a los esclavos", señala el arzobispo de Buenos Aires. "Más de 500 personas podían convivir en una misma casa durante un mes de Ejercicios Espirituales, mezclando todas las categorías sociales. Eso en sí mismo es un mensaje interesante", insiste monseñor Jorge Ignacio García Cuerva.
Refiriéndose a la situación actual de Argentina, donde el 50% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, el arzobispo de Buenos Aires subraya que "los pobres no son números, sino rostros concretos de hermanos y hermanas que sufren". Por eso Mama Antula nos ofrece un mensaje para hoy" al haber vivido concretamente la "fraternidad", señala el arzobispo de la capital argentina.
Señala que "esta canonización se inscribe también en el proceso sinodal, con vistas a la promoción de la mujer laica. Mama Antula no era monja, aunque su vestimenta y las imágenes que tenemos de ella puedan inducirnos a error", añade.
La culminación de casi 120 años de trámites
La causa de beatificación de Mama Antula se abrió en 1905, a petición de los obispos argentinos de la época. Tras más de un siglo de trámites, un milagro atribuido a su intercesión -la curación de una monja a principios del siglo XX- fue reconocido formalmente por el Papa Francisco en marzo de 2016. Fue beatificada el 27 de agosto de 2016 en una misa celebrada en Santiago del Estero, en el norte de Argentina, por el cardenal Angelo Amato, entonces prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Para su canonización se eligió como milagro válido el caso de un hombre que sufrió un grave derrame cerebral. El argentino, nacido en 1959, estaba hospitalizado en Santa Fe y pudo volver a hacer vida normal, aunque su pronóstico vital se había visto comprometido por un daño cerebral que se consideraba irreparable. Se formó una cadena de oración para pedir por su recuperación, en la que participaron no solo sus familiares y amigos, sino también personas que no le conocían y que pidieron la intercesión de Mama Antula en su favor.