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En su mensaje publicado el 19 de marzo de 2024 -con motivo de la 61ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que tendrá lugar el 21 de abril- el Papa Francisco hace un llamamiento especial a los jóvenes que "albergan desconfianza hacia la Iglesia", sugiriéndoles que planteen a Dios sus "preguntas importantes". En un mundo "marcado por desafíos históricos", pide a los cristianos que "cultiven una visión llena de esperanza".
Desde 1964, la Iglesia católica celebra cada año una Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Tiene lugar el cuarto domingo después de Pascua, conocido como "Domingo del Buen Pastor". En el mensaje para la jornada de este año, titulado "Llamados a sembrar esperanza y construir la paz", el Papa Francisco piensa en primer lugar en aquellos que "han abrazado una llamada que implica toda su vida".
El pontífice argentino piensa en "madres y padres que no piensan primero en sí mismos" y se ponen "al servicio de los niños". También saluda a quienes se comprometen a hacer "más humana la sociedad", a las "personas consagradas" que rezan en silencio, y a quienes "han aceptado la llamada al sacerdocio ordenado y se dedican a anunciar el Evangelio".
Dirigiéndose a los jóvenes, especialmente a los que "se sienten alejados o desconfían de la Iglesia", el Papa les invitó a "dejarse fascinar por Jesús, hacerle sus preguntas importantes en las páginas del Evangelio, dejarse inquietar por su presencia, que siempre nos pone en saludable crisis".
Les asegura que Dios "respeta nuestra libertad, más que nadie; no se impone, sino que se propone" Y añade:
Denle cabida y encontrarán la felicidad en su seguimiento y, si se los pide, en la entrega total a Él".
El papel de los cristianos en un mundo en peligro
En su mensaje, el Papa recuerda "el objetivo de toda vocación: llegar a ser hombres y mujeres de esperanza". A continuación, detalla los "desafíos históricos" a los que se enfrenta el mundo: "el avance amenazador de una tercera guerra mundial en pedazos", "las multitudes de emigrantes que huyen de sus patrias", "el aumento constante del número de pobres" y "el peligro de comprometer irreversiblemente la salud de nuestro planeta".
Los cristianos tienen un papel "decisivo" que desempeñar en este ambiente en el que amenazan la "resignación" o el "derrotismo". Para el Papa:
"Ser peregrinos de esperanza y constructores de paz significa, entonces, fundar la propia existencia en la roca de la resurrección de Cristo, sabiendo que cada compromiso contraído, en la vocación que hemos abrazado y llevamos adelante, no cae en saco roto. A pesar de los fracasos y los contratiempos, el bien que sembramos crece de manera silenciosa y nada puede separarnos de la meta conclusiva, que es el encuentro con Cristo y la alegría de vivir en fraternidad entre nosotros por toda la eternidad".
Su mensaje concluye invitando a un compromiso en el cuidado amoroso de aquellos que están a nuestro lado y del ambiente donde vivimos. Y agrega: "¡Tengan la valentía de involucrarse! Don Oreste Benzi, un infatigable apóstol de la caridad, siempre en favor de los últimos y de los indefensos, solía repetir que no hay nadie tan pobre que no tenga nada que dar, ni hay nadie tan rico que no tenga necesidad de algo que recibir".