"Estas vidrieras son preciosas, pero no se entienden. Son demasiado altas y lejanas". Fue durante una visita a la catedral cuando nació la idea de hacer accesibles estas obras maestras del arte sacro. El nombre del proyecto es "De la vitrina a la pantalla" y pretende usar inteligencia artificial para llevar a la pantalla el tesoro de las vidrieras de la catedral de Chartres.
Desarrollada por el Centro Internacional de Vidrieras de Chartres (CIV), la herramienta, concebida como una aplicación gratuita que puede descargarse en un teléfono móvil, pretende "mostrar sus vidrieras y explicarlas al gran público, en un momento en que pocos conocen la historia que cuentan, gracias a la inteligencia artificial", explica Jean Touchard, responsable del proyecto.
Hacer legibles los motivos inaccesibles
Para lograrlo, ya comenzaron a digitalizar las vidrieras con la ayuda de un fotógrafo profesional especializado; esto tiene como objetivo crear una base de datos monumental para el gran público, así como para profesionales y académicos.
"Partimos de dos observaciones -explica Jean Touchard- los visitantes pueden maravillarse ante las vidrieras, pero no entienden la iconografía, y como pueden elevarse a más de 30 metros del suelo, su posición en el edificio dificulta enormemente su lectura".
La idea de una aplicación móvil es innovadora, dice el director del proyecto: "Hoy en día, cuando uno visita la catedral, como en cualquier otra iglesia, levanta la cabeza para mirar las vidrieras, y luego la baja para leer en la pantalla del móvil la información extraída de Internet. La distancia hace difícil volver a lo que se estaba mirando.
La idea, aún en fase de financiación, es utilizar la pantalla como interfaz para crear un diálogo entre la vidriera y el visitante. Basta con que el visitante apunte con su teléfono a la vidriera para que la inteligencia artificial (IA) la descifre y haga inmediatamente accesible la historia que cuenta, ya sea sobre las batallas de Carlomagno o la vida de la Virgen María".
La tecnología al servicio de la iconografía
Es precisamente la IA la que está haciendo posible que esta idea fructifique al proporcionar el soporte técnico del algoritmo. Los datos, por su parte, serán proporcionados por un comité científico formado por investigadores y académicos. Entre ellos figuran Jean-Paul Deremble, especialista en iconografía medieval; Mathieu Lours, especialista en catedrales; y Mons. Bousquet, miembro del Consejo Pontificio de la Cultura.
En la práctica, la IA será capaz de identificar la posición del visitante en la iglesia, la inclinación y la distancia del teléfono a la vidriera, para averiguar qué está mirando el visitante, y luego identificar el motivo para ofrecer una interpretación.
"Utilizando algoritmos de las cámaras de los coches y de reconocimiento facial, la inteligencia artificial podrá identificar todos estos datos e interpretarlos", explica el responsable del proyecto. "Cuando el visitante apunta con su teléfono, la cámara, gracias a la IA, reconoce la escena y el texto se desplaza".
El uso del teléfono se justifica por las limitaciones impuestas por un edificio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que no permiten instalar soportes permanentes en la catedral. Esta tecnología innovadora no es más que un medio de permitir a un público que ha perdido el vocabulario y las referencias religiosas comprender y descifrar la historia sagrada que cuentan estas vidrieras milenarias, testigos silenciosos y coloridos de diez siglos de oración.