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Si preguntáramos a los sacerdotes cómo se sienten, seguramente la gran mayoría contestarían que están satisfechos con su vocación; sin embargo, algunos tendrían síntomas de agotamiento. Esto puede pasar más comúnmente en el caso del clero joven.
Los sacerdotes muchas veces encuentran apoyo repetidamente en sus amigos laicos, entonces vale la pena reflexionar sobre la calidad de nuestras relaciones con los sacerdotes que nos rodean. A menos que tengamos una relación más estrecha con ellos, nunca podremos estar seguros de cuál de ellos está pasando por un momento difícil y necesita nuestra ayuda.
¿Cómo podría ponerse en práctica este apoyo?
1Platica con él
¿Tienes la costumbre de salir precipitadamente de la iglesia al terminar la Eucaristía? Sal de ese hábito e intenta comportarte de forma diferente a como lo hacías antes. Párate a hablar con tu sacerdote.
¿No sabes qué decir? Pregúntale algo, hazle una broma o cuéntale lo que piensas de la homilía. Una conversación amistosa de este tipo puede sentar las bases de una relación más profunda.
2Invítale un café
No necesitas reservar demasiado tiempo para una reunión tomando una taza de café o té. Pregúntale al sacerdote que tipo de café le gusta, o si tiene algún lugar favorito para tomar café; invítalo y conversen. Si el sacerdote tiene la agenda muy llena puedes enviarle el café que más le guste a su oficina.
3invítalo a comer
Antes era habitual invitar a un sacerdote a casa; hoy poca gente lo hace. Pensamos que para recibir a una persona tan importante hace falta una cena exquisita y unos niños bien portados ¡Nada más lejos de la realidad! Los sacerdotes quieren ver la verdad sobre la vida de los feligreses porque eso les permite conocerlos no solo a ellos, sino también a sus familias.
4Invítenlo a una fiesta familiar
¿Tienes alguna reunión con la familia o los amigos? Considera la posibilidad de invitar al sacerdote de tu parroquia, no solo proporcionará una velada de entretenimiento al sacerdote, sino que también permitirá que tus invitados interactúen con una persona valiosa.
5Compartan alguna actividad
¿Tiene tu amigo sacerdote alguna pasión en particular? ¿Le gustan los deportes, la música o el teatro? Considera la posibilidad de comprar una entrada extra y agréguenlo al plan a él también.
6Investiga cuando es su cumpleaños
Cumpleaños, onomásticos, aniversario de la ordenación sacerdotal: hay muchas ocasiones que celebrar en la vida de un sacerdote. Márcalas en tu calendario e intenta recordarlas. En un día importante para él, hazle un regalo o al menos una tarjeta de vez en cuando. Seguro que apreciará tu gesto.
7Pregúntale si necesita ayuda
A veces basta con preguntar si nuestro sacerdote necesita algo. Acércate a él y pregúntale qué puedes hacer por él. Quizá no puedas satisfacer su petición tú mismo, pero con la ayuda de otra persona sí.