Decir adiós es un rasgo humano, incluso una necesidad. En todas las culturas e idiomas, las palabras de despedida tienen el peso paradójico tanto de la conexión como de la separación. Decimos adiós a los que queremos, a los que no queremos tener lejos.
Descubrir los significados etimológicos y los orígenes de algunas de nuestras formas de desear lo mejor a alguien cuando se va ofrece una visión reveladora de cómo estas expresiones aparentemente sencillas tienen un peso cultural y religioso en cada idioma y país.
"Bye" -considerada una forma abreviada informal de Goodbye- tiene una historia más profunda ligada al sentimiento religioso. Sus raíces se remontan a la frase inglesa del siglo XIV "God be with you" (Que Dios te acompañe), un sincero deseo de protección divina cuando alguien se marcha. Los estudiosos afirman que la palabra adiós debutó en 1573, cuando el escritor inglés Gabriel Harvey la utilizó en una carta bastante juguetona,
"Para recompensar tu galón de godbwyes, te regalo una olla de howdyes".
Este "godbwye" era en realidad una forma abreviada de la frase "Que Dios os acompañe", una despedida común. Con el tiempo, "good" sustituyó a "God", muy probablemente debido a su presencia en saludos como "good day"( buen día) y "good evening" (Buenas tardes).
Este origen resuena con despedidas similares en toda Europa, como el "adieu" francés, el "adiós" español y el "addio" italiano, todos ellos derivados de frases latinas que significan "a Dios te encomiendo".
Estas conexiones lingüísticas subrayan la influencia común de una cultura religiosa compartida: el cristianismo.
Palabras de despedida
Sin duda, el panorama lingüístico de las despedidas va más allá de las frases con carga religiosa.
El alemán, por ejemplo, ofrece alternativas como "auf Wiedersehen", que significa "hasta que nos volvamos a ver"; así como el italiano "arrivederci", el francés "au revoir" o el catalán "a reveure", que significan lo mismo. Estas frases enfatizan la esperanza de un futuro reencuentro más que la protección divina.
El japonés "sayonara" viene de "sayō naraba", que se traduce como "si tiene que ser así", como reconociendo la triste inevitabilidad de la despedida.
Algunos lingüistas afirman que el "adiós" español deriva de expresiones árabes comunes que desean a alguien un regreso seguro. A pesar de las diferencias fonéticas entre las despedidas árabes comunes y el adiós español, los significados son los mismos. En árabe, se dice fī amān Allāh, que significa "bajo la protección de Dios". Adoptada por los españoles, la expresión mantuvo su deseo de bienestar para el individuo que se va, con las mismas implicaciones religiosas explícitas, solo que en un idioma diferente. Esto es coherente con la mayor influencia del árabe en la Península Ibérica, especialmente durante el periodo islámico.
Contracciones de oraciones más largas
Curiosamente, tanto "bye" como "adiós" son contracciones de despedidas devocionales más largas, formales y elaboradas. En español, "adiós" procede de expresiones como "A Dios seas" y "Te encomiendo a Dios", que reflejan la evolución de "bye" a partir de "God be with you" en inglés. Estos paralelismos históricos subrayan el deseo humano común de ofrecer buenos deseos y la protección divina al despedirse.
En última instancia, explorar las diversas expresiones de despedida sirve como recordatorio de la historia que se entreteje inadvertidamente en nuestro lenguaje cotidiano. "Bye" y "adiós", antaño arraigados en un sentimiento religioso, se han convertido en expresiones versátiles utilizadas en todas las culturas y generaciones.
La próxima vez que te despidas, piensa en el peso religioso original de lo que estás diciendo. De hecho, estás bendiciendo a la persona que se va.