Los fieles y turistas que viajen al Vaticano para admirar el esplendor de san Pedro en los próximos meses tendrán que acostumbrarse a la presencia temporal de grandes andamios en el corazón de la basílica.
El famoso Baldaquino de Bernini -con sus casi 30 metros de altura- domina el altar central y recuerda la presencia de la tumba del apóstol Pedro. Está construido principalmente de mármol y madera y será restaurado después de 250 años de su última renovación.
Las obras iniciaron el 14 de febrero y culminarán en diciembre, justo antes del inicio del Jubileo de 2025.
Los andamios no impedirán las ceremonias que se celebran habitualmente, especialmente las de Semana Santa y Pascua.