La mujer tiene la capacidad de engendrar vida en su vientre. Dice san Juan Pablo II que "aunque a la mujer se le abran espacios de trabajo profesional en la sociedad y de apostolado en la Iglesia, nada podrá equipararse nunca con la eminente dignidad que le corresponde por su maternidad, cuando la vive en todas sus dimensiones. Vemos que María, modelo de la mujer, cumplió la misión a la que fue llamada en la economía de la Encarnación y de la Redención por el camino de la maternidad".
Actualmente, la maternidad es vista como un obstáculo para la mujer; esta idea se ha promovido especialmente en redes sociales difundiendo los aspectos negativos a nivel físico y psicológico, haciéndolo ver como algo feo.
En Aleteia quisimos ir más allá de lo que vemos exteriormente en las madres, por lo que entrevistamos a Bere García, madre de tres pequeños varones, quien nos contó su experiencia y lo que la hace plenamente feliz como mamá.
La maternidad vista desde los ojos de una madre enamorada
Bere -esposa, psicóloga y familióloga- es sobre todo madre, por lo que nos compartió que cada día es una aventura con sus pequeños: Pío Carlo de dos años, Noé Franco de uno y Leo Santiago de apenas un mes. "¿Quién dijo que la maternidad era fácil? Pero, ¿sabes qué? Aunque hay momentos complicados, también hay un montón de momentos mágicos que hacen que todo valga la pena".
Retos en la maternidad, oportunidades para amar
Bere tiene como ideal ser la mejor versión de mujer que puede ser, por ello, son varios los retos que la hacen amar cada día más a sus hijos.
Sobre todos los aspectos desagradables que se escuchan sobre la maternidad en redes y pláticas casuales, Bere explicó que no se trata de enfocarse únicamente en las dificultades y renuncias, porque eso solamente genera frustración.
Ser mamá también significa experimentar un amor increíble, ver crecer a tus hijos y ser testigo de sus risas contagiosas y sus primeras veces".
Una decisión que te cambia la vida
Muchas madres aseguran que esta decisión les cambia la vida por completo; y para Bere, el ser madre la ha hecho poner sus ojos en el amor, no solo en el sacrificio.
Es ahí donde cambia la percepción, pues se une el sacrificio a una entrega de amor total. "El sacrificio cobra sentido a través del amor". El amor se demuestra al cambiar un pañal, al levantarse en la noche para alimentar al bebé, "sabiendo que cada gesto está lleno de amor hacia mi hijo y que, al cumplir con mi estado de vida, estoy siguiendo un camino hacia la santidad".
La meta de la maternidad
Así como todos estamos llamados a ser santos y a santificar nuestra vocación, las madres también pueden santificarse por medio de la maternidad, Bere lo explica de la siguiente manera: "Mi experiencia de maternidad: ser santa en lo cotidiano, como diría san Josemaría Escrivá, en mi día a día como madre. Y ¿saben qué? Es lo más hermoso que me ha pasado".
El amor de una madre a cada uno de sus hijos deja una huella indeleble en sus corazones que, además, los motiva a buscar el cielo ellos también.